El recuerdo de lo que acontece mientras dormimos varía sustancialmente de una persona a otra. Una buena parte de la población no suele recordar lo que sueña cada noche, a otros la experiencia onírica les deja una sensación que hace que se reconozca que fue una pesadilla, pero, ¿sobre qué trataba? Sin embargo otras personas, son capaces de contar con pelos y señales cada detalle de sus sueños.
Esta variabilidad entre personas nos hace plantearnos ¿existen los sueños realmente? ¿Están solo en nuestra imaginación? Una investigación realizada entre científicos estadounidenses, suizos e italianos, y publicada en Nature, ha demostrado que existe una zona concreta en el cerebro donde realmente se fabrican los sueños.
Esa “zona caliente”: la fábrica de los sueños
Mediante un registro polisomnográfico, se monitorizó la actividad cerebral de un grupo de sujetos experimentales mientras dormían, encontrándose un hallazgo sorprendente: independiente a que se esté en fase REM (asociada tradicionalmente a la actividad onírica) o NREM, existía un área cerebral cortical posterior, que presentaba una actividad muy particular. Se invitaba a despertar a los sujetos, quienes relataban si realmente habían soñado o no.
Además existían áreas que también estaban activas mientras estábamos despiertos, como si la persona experimentase realmente lo que aparece en sus sueños. Según la Francesca Siclari, coautora del estudio, “Es la prueba que el sueño es, para el cerebro, una experiencia real y no solo algo que inventamos al despertar”.
¿Por qué soñamos lo que soñamos?
Durante el día la información que nos resulta novedosa se capta del entorno, y se guarda inicialmente en el hipocampo (estructura cerebral encargada del almacenamiento de la información procedente del mundo exterior). Posteriormente, estos recuerdos se reactivan durante el sueño de ondas lentas y es donde los recuerdos se integran al conocimiento existente, para ser utilizados cuando nos despertamos.
Además de experiencias diarias sin resolver, existen acontecimientos con carga emocional muy potente son más probables que se conviertan en contenidos oníricos cada noche.
¿Por qué no recordamos nuestros sueños?
Pero, ¿por qué olvidamos los sueños tan fácilmente? De hecho nos pasamos un 95% de la fase REM y un el 71% de la no-REM soñando, muchas horas para recordar unos minutos ¿no?.
“La región del cerebro que hace posible recordar un sueño es diferente a la que sueña”, aclara la doctora Siclari. En una prueba con diez sujetos, se observó que la capacidad de recordar un sueño estaba relacionada con una mayor actividad durante el sueño en la corteza prefrontal, el área asociada con la memoria.