Las personas que no vean bien las proyecciones en tres dimensiones en el cine o en la televisión deben acudir al oftalmólogo para saber si sufren algún tipo de alteración ocular, según dijo la semana pasada el codirector médico de Eurocanarias Oftalmológica, Humberto Carreras.
Carreras destacó que «no todo el mundo» va a poder ver la imagen en tres dimensiones y dijo que aquellos que no lo consigan precisan de un estudio ocular para determinar la causa, que muchas veces no tiene mayor trascendencia.
El doctor advierte que la incidencia será mayor en la población infantil, «porque los niños son muy susceptibles a todas estas nuevas tecnologías y se pasan horas delante de un televisor», que previsiblemente, a partir de estas navidades ya estará en muchas casas.
En ese sentido, reconoció que el cine y las televisiones en tres dimensiones están siendo un motivo de consulta oftalmológica «muy frecuente», porque hay «un infundado» recelo y temor a que pueda tener un efecto perjudicial sobre la salud visual, «y esto no es así».
En su opinión, para ver en tres dimensiones se precisa «que haya una buena función motora«, que los dos ojos miren al mismo objeto «porque si no se vería doble».»También haría falta una buena función sensorial -añadió-, ya que cada ojo percibe una imagen y ambas se fusionan en el cerebro, donde se convierte en una sola».
Carreras recordó que hay un principio fisiológico que se llama «la disparidad retiniana«, por el que la imagen que obtiene un ojo es muy parecida a la que percibe el otro, pero no es exactamente igual, «es lo que nos hace ver con perspectivas y relieve».
El oftalmólogo dijo que el cine en tres dimensiones intenta reproducir la visión que tenemos en condiciones normales, «en relieve y profundidad», pero en un sistema de proyección que utiliza para ello los colores, las gafas polarizadas o la realidad virtual. «Con esos medios se consigue crear dos imágenes diferentes que están ligeramente superpuestas y cada ojo percibe una para que el cerebro las fusione y se tenga la sensación de relieve», ha subrayado.
Según Humberto Carreras, puede ocurrir que haya personas que no tengan una buena función motora, como los ojos desviados, unas veces muy evidente y otras con microestrabismos que en el paciente pasan desapercibidos, por lo que «los ojos no se dirigen simultáneamente a la hora de enfocar y no se puede ver la imagen en tres dimensiones».
Tampoco podrían ver el cine o la televisión en tres dimensiones aquellos pacientes que tienen una mala función sensorial y fisiológica.