La revista ‘Molecular Psychiatry’ se ha hecho eco recientemente de los resultados de un estudio colaborativo desarrollado por ‘ENIGMA Bipolar Disorders Working Group’ y que se ha convertido hasta el momento en la mejor aproximación para emplear técnicas de neuroimagen como exploraciones complementarias que colaboren a confirmar un trastorno bipolar como diagnóstico clínico.
Dicha investigación se llevó a cabo en tres millares de pacientes, de los cuales, 853 contaban con ese problema. Se analizaron datos clínicos y neuroimágenes para diferenciarlos de un grupo u otro según técnicas de aprendizaje automático.
Pretendían encontrar esos patrones que les permitiera clasificarlos de forma correcta. Hasta trece centros de investigación líderes en el tratamiento del trastorno bipolar trabajaron en dicho estudio, tal como recoge la agencia ‘Sinc’.
Las imágenes captadas por las resonancias magnéticas, así como otras variables clínicas y sociodemográficas de interés como el género, la edad o el tratamiento de los participantes.
Los resultados demostraron un mayor rendimiento de clasificación del que se podría encontrar por azar. El nivel de precisión, por ahora, es del 65.23 por ciento, cifra que queda bajo el umbral del 80 por ciento para ser puesto en práctica. A pesar de ello, es la mejor aproximación para el empleo de técnicas de neuroimagen como exploraciones complementarias que ayuden a confirmar el diagnóstico clínico del trastorno bipolar.