Desgraciadamente, con demasiada frecuencia, estamos viendo en los últimos tiempos que personas sanas, deportistas aficionados o profesionales en muchos casos, fallecen de repente por un paro cardíaco, en ocasiones, precisamente al practicar su disciplina deportiva favorita.
Así, este pasado verano se dieron casos en la propia Granada y en la vecina localidad de Otura, que tuvieron gran repercusión en los medios por las trágicas circunstancias en que tuvieron lugar. ¿Qué tienen en común todas estas muertes? Su causa: la llamada «muerte súbita».
¿Qué es?
Se denomina muerte súbita a un episodio en el cual la persona afectada pierde el pulso, la respiración y la conciencia de una forma repentina e inesperada. Este episodio está originado por una causa natural, es decir, sin que participen mecanismos violentos, y del cual sólo podría recuperarse si se efectúan maniobras médicas adecuadas.
Casi todos desconocemos que la muerte súbita es la primera causa de muerte en todo el mundo. Sólo en Estados Unidos se da medio millón de casos al año, es decir, prácticamente uno cada minuto.
La causa más importante de estos episodios fulminantes para la vida de las personas son las enfermedades cardiovasculares. Toda alteración de la función cardíaca, sea por un infarto antiguo, o la dilatación del corazón por diversos orígenes, una válvula dañada, una inflamación que se extiende durante un largo tiempo, como la miocarditis, o imperfecciones genéticas congénitas que afectan el músculo del corazón, pueden dar lugar a la muerte súbita.
En los primeros casos, es decir, cuando el corazón ha aumentado su tamaño normal (Hipertrófico), o dilatado, se pueden observar estos problemas en exámenes de imágenes diagnósticas como el ecocardiograma, que permite al cardiólogo observar si las cavidades cardiacas tienen anormalidades que predisponen al padecimiento de esta patología.
En otro grupo, en especial de jóvenes o adultos jóvenes aun niños, puede la estructura del corazón ser completamente «normal» a simple vista, pero tener anormalidades a nivel casi molecular de la conformación de este órgano que no se pueden ver, y que pueden ocasionar la muerte súbita. Es en estos casos donde tiene una importancia clave la evaluación a fondo de la historia familiar de hermanos, tíos, primos o padres que fallecieron de manera repentina, inesperada y natural, información obtenida en el interrogatorio por parte del médico que debe complementarse con evaluaciones clínicas a fondo.
¿Se puede prevenir?
La respuesta es sí, pero es cierto que la prevención es complicada. Evidentemente, prevenir la muerte súbita es una acción que debe empezar por las propias personas, es decir, hay que hacer de la prevención un estilo de vida, entendiendo que para que exista Calidad de vida lo primero que debe tenerse es la vida misma.
Según los expertos como el cardiólogo Gabriel Robledo, tomar conciencia de cambiar estilos de vida nocivos por saludables, dejar de fumar, controlar el peso o hacer ejercicio es fundamental. En el aspecto de la dieta, es clave el consumo de pescado 2 a 3 veces a la semana.
Con todo, nadie, en puridad, está a salvo de padecer una muerte súbita, así que para evitar esta patología de tan alta mortandad, los expertos insisten en que es necesario una respuesta integral.
Por este motivo, la Asociación Norteamericana de Corazón recomendó en su día a todos los ciudadanos aprender reanimación y es así como en muchos países se enseñan Cursos para atender estos casos. Estos incluyen la utilización del Desfibrilador Automático Externo (AED)
¿Por qué un desfilibrador automático?
Cuando sucede un Paro Cardíaco, en más del 90% de las veces, obedece a un ritmo anormal llamado Fibrilación Ventricular el cual produce que el corazón no se contraiga.
Por cada minuto que pasa en fibrilación, se calcula que se pierde en un 10% la posibilidad de sobrevivir al paro. Por lo tanto la medida más demandada tras los últimos acontecimientos acaecidos en nuestra provincia, y a la vez reconocida por la comunidad científica, es el uso de la desfibrilación en una ventana de tiempo muy corta.
Esta desfibrilación en general era proporcionada al paciente víctima del paro en los servicios de emergencia por personal entrenado. Hoy en día, la tecnología ha diseñado un equipo capaz de detectar si el paciente que está inconsciente no respira, no tiene pulso ni movimientos espontáneos, es decir, tiene una muerte súbita y es candidato a requerir desfibrilación, y el mismo sistema le ofrece el tratamiento para restaurar el ritmo de vida que permite al corazón bombear la sangre.
Este equipo ha sido usado con éxito en Estados Unidos y Europa en aviones, aeropuertos, casinos, gimnasios, centros comerciales, hoteles, etc., y constituye hoy en día una recomendación general disponer de ellos en sitios donde hay público para ser utilizados en caso de una muerte súbita y poder salvar una vida.
Un problema de salud pública
La Muerte Súbita, según el Doctor Robledo, constituye un verdadero problema de salud pública, que afecta incluso a atletas de alto rendimiento como hemos sido testigos recientemente, con los jugadores de fútbol. Por lo tanto, el tomar una conciencia de prevención integral que incluya modificar hábitos de vida saludable, un chequeo previo a la práctica del deporte y entrenamiento de la comunidad en general en técnicas de reanimación constituyen las medidas recomendadas para salvar vidas.
Así como contamos con un extintor para potenciales incendios en la casa, la oficina, o el coche, así deberían existir dispositivos de reanimación en polideportivos públicos, centros de entrenamiento, teatros, y en cualquier lugar donde haya aglomeraciones en las que se pueda producir uno de estos casos de «muerte natural».