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Mindfulness, una práctica beneficiosa para el descanso

El mindfulness es una práctica importada a la psicología y la psicoterapia desde disciplinas asiáticas, que la han trabajado durante miles de años antes de aparecer en el mundo occidental.  Se trata de una forma de meditación en la que se presta atención completa al cuerpo y a la mente en el momento presente. El mindfulness, que se traduce como atención plena, se basa en la auto observación directa y neutra de nuestro cuerpo y mente, cómo se relacionan, sin llegar la persona a abstraerse y sin modificar el momento que estamos viviendo.

La práctica continuada del mindfulness permite que nos concienciemos de lo que sucede en el interior de nuestra mente, diferenciemos pensamientos y comportamientos, sin juzgarnos. Esta forma de meditación requiere en primer lugar tomar las riendas de nuestra atención, dirigirla hacia el momento presente y no reaccionar emocionalmente ante la experiencia que sentimos. Este hábito nos conducirá al camino del autoconocimiento y nos ayudará a minimizar los efectos del estrés en el organismo. Es un hábito que puede aprenderse tras un entrenamiento adecuado y resulta útil aplicarla en cada campo de nuestra vida. Adoptar este modo de pensamiento, puede ser positivo también durante el desarrollo de diferentes enfermedades, ansiedad etc.

Una buena manera de comenzar el día sería darnos unos instantes para sentir como abrimos los ojos y tomamos conciencia del mundo y de lo que sentimos al despertar. Durante la jornada puede servir para liberarnos del estrés, teniendo plena conciencia de nuestro organismo. Al finalizar el día, el mindfulness se convierte en un aliado perfecto para ayudarnos a conciliar el sueño. Tendemos a llevarnos a la cama los problemas que campan a sus anchas en nuestra cabeza, rumiamos una y otra vez situaciones sin solución ¿es una buena opción consultar con la almohada lo que nos preocupa? Definitivamente la respuesta es no. Además, contribuye a reducir la ansiedad y evitar la preocupación de no lograr el sueño, que tanto influye negativamente en el círculo vicioso del insomnio

Dada que las sensaciones son fundamentales en la práctica del mindfulness, nuestro equipo de descanso también forma una parte importante en estos dos momentos en los que proponemos la práctica: sentir como nuestra espalda descansa en una superficie adaptable, que se adopta a los contornos, el placer del contacto de las sábanas con nuestra piel, notar como cada músculo se destensa gracias a la relajación…En conclusión el tándem nocturno creado por un buen equipo de descanso y  los beneficios obtenidos por la práctica continuada de mindfulness,  pueden ser una auténtica garantía de éxito para conseguir conciliar un sueño reparador. 

 

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