¿Sabías que la legionelosis es una de las enfermedades que más afecta al ser humano sin que éste se dé cuenta? Según los datos del Ministerio de Sanidad, la legionella es la tercera causa de neumonía bacteriana.
Por eso, es muy importante realizar un buen mantenimiento de prevención de la Legionella.
Pero, ¿qué es la Legionella y cómo se puede evitar su infección? A continuación, te lo contamos todo.
¿Qué es la Legionella?
La Legionella es una bacteria que se encuentra en la naturaleza y es la causante de la legionelosis o Enfermedad del Legionario. Aparece frecuentemente en aguas continentales y puede llegar a colonizar los sistemas de refrigeración y las instalaciones de agua sanitaria, entre otras.
Esta bacteria afecta, sobre todo, a personas de edad avanzada, personas con el sistema inmunitario debilitado por otra enfermedad, o enfermos crónicos. Aunque cabe destacar que no se transmite de persona a persona, ni tampoco por la ingestión directa de agua o alimentos contaminados por Legionella.
La forma más común de contagio es el aire, a través de la inhalación de gotas de agua de tamaño respirable contaminadas por la Legionella y dispersas en la atmósfera. Esto podría pasar también en las duchas y/o bañeras de hidromasajes.
En su medio natural suele encontrarse en bajas concentraciones, y se multiplica con rapidez a temperaturas de 20 a 45 grados. Pero su temperatura óptima de crecimiento es de 35 a 37 grados.
¿Qué hacer para evitar la infección de la Legionella?
La infección por Legionella, es una forma severa de neumonía, se puede prevenir con el control y la limpieza adecuada de los sistemas de agua. Esto, junto a otras medidas preventivas, ayudará a evitar el riesgo de contraer la enfermedad.
La bacteria de la Legionella vive en los conductos y depósitos de agua, y los factores de riesgo de aparición están relacionados con las instalaciones de agua caliente sanitaria y fría de los edificios, y también en los circuitos de refrigeración.
Para evitar la aparición y proliferación de esta bacteria en instalaciones de agua caliente sanitaria, la normativa vigente establece una serie de criterios higiénico-sanitarios que fija en 60ºC la temperatura continua de acumulación y en 50ºC la temperatura de consumo.
Pero, además, exige que toda la instalación al menos una vez al año se desinfecte, o bien por choque térmico o bien por la realización de una hipercloración
Evitar el estancamiento del agua y el rango de temperaturas en la que la bacteria encuentra su hábitat ideal.
Otras medidas a adoptar para evitar la aparición de Legionella:
– Utilizar difusores de gota gruesa, especialmente en las duchas.
– Purgar los grifos de poco uso semanalmente, dejando correr el agua 5 minutos.
– Eliminar las incrustaciones de cal, utilizando productos especiales para ello.
– Los sistemas de agua deben seguir un programa de control y mantenimiento, lo que incluye el uso adecuado de cloro, testar regularmente el agua para detectar bacterias y verificar la presión del agua.
– El agua debe calentarse a al menos 50°C para matar cualquier bacteria presente. Los conductos de agua también deben limpiarse y desinfectarse regularmente usando un desinfectante adecuado.
– Si se instala un sistema de tratamiento de agua, se recomienda que el equipo sea desinfectado antes de su uso.
– Las instalaciones con piscinas, spas y otros sistemas de agua temperada también son los principales lugares para la propagación de la Legionella. Por lo tanto, los titulares de este tipo de instalaciones deben asegurarse de mantener el agua en condiciones. Esto incluye limpieza periódica y un mantenimiento adecuado.
– En definitiva, cumplir con los requisitos de la normativa vigente, Real Decreto 487/2022, de 21 de junio, por el que se establecen los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la legionelosis.
En conclusión, se deben tomar las medidas preventivas necesarias para evitar la infección de Legionella.
Si se siguen estas medidas, se puede reducir en gran medida el riesgo de adquirir esta grave enfermedad.