Existe un porcentaje de mujeres que no pueden tener hijos porque carecen de útero o presentan cualquier otro problema médico que hace imposible el embarazo y anidación del embrión, pero que por el contrario sus ovarios funcionan perfectamente creando óvulos, que si se fecundaran con el esperma de su pareja, darían embriones viables.En algunos países como Estados Unidos o Inglaterra, está legalizado el uso del útero de otra mujer para poder concebir un hijo.
Se trataría de fecunda, in vitro el óvulo de la paciente con el espermatozoide de su pareja y una vez creado el embrión, transferirlo al útero de una mujer diferente a la madre biológica, para propiciar su desarrollo y posterior nacimiento. Son miles de expertos especialistas en fertilidad que han reclamado la legalización de dicha opción en España, pero parece que existen muchos
prejuicios sobre este tema
Evitar los abusos
Por supuesto hay muchas indicaciones en las que no sería recomendable ni ético el realizar dicho proceso, como por ejemplo cuestiones estéticas u otros caprichos, pero si existiera una legislación responsable y concreta a determinados casos, muchas parejas podrían ser padres sin necesidad de irse a otras clínicas fuera de nuestro país. No es justo que las únicas parejas que pueden beneficiarse de este tratamiento sean aquellas que tienen medios económicos suficientes para viajar fuera de nuestro país. Ya de por sí el tratamiento de la pareja es caro, a lo que hay que añadir los gastos de la madre portadora, estancia en el país elegido, visitas regulares a dicho país y desgaste emocional de la pareja. Analizando en profundidad el tema podemos decir que para que esto se pudiera realizar en nuestro país habría que cambiar la ley que dice que «un hijo es de la madre que ha dado a luz». Personalmente observo que algunas madres no se comportan como tales y que la conexión es simplemente biológica; el resto, como la educación, el amor, el cuidado…, parecen ser olvidadas y obviadas y tal vez deberían tener más peso que el hecho de ser madre biológica.
Lo correcto
Por supuesto, no se trataría de permitir dicho proceso a cualquiera porque tal vez se fomentaría un negocio en torno a este tema, fomentando de alguna forma el tráfico de úteros. Se trataría de que el proceso estuviera supervisado a nivel sanitario y legislativo. De que una vez estudiada la historia clínica de la pareja que lo solicitara se concediera en aquellos casos en los que la ley lo considerara justo. Muchos de nosotros conocemos casos reales en los que la madre portadora se ha negado a dar al hijo, una vez que ha nacido, a la pareja receptora. Pero en estos casos se puede comprender fácilmente este tipo de reacción, ya que la mujer portadora ha sido inseminada con el esperma de la pareja, por lo que el ovocito implicado era de ella, considerando, de esta forma, que el niño biológicamente es suyo. Estos casos si que pueden causar problemas legales de difícil solución.