La depresión es un trastorno emocional que necesita de un tratamiento médico para poder curarlo o al menos controlarlo. En función del caso de cada paciente, el médico puede recetar un tratamiento farmacológico, psicoterapia o ambas cosas.
Qué es la depresión
La depresión es un trastorno emocional que causa síntomas de angustia o tristeza constantes y pérdida de interés por realizar diferentes actividades. Este trastorno afecta a cómo la persona se siente, piensa y se comporta y puede causar diferentes problemas físicos y emocionales. Cómo consecuencia, es posible que la persona tenga problemas para coordinar las actividades diarias e incluso que, a veces, sienta que no merece la pena vivir.
Existen esencialmente tres tipos de depresión: depresión grave o mayor, reactiva y trastorno depresivo persistente (distimia). También existen otras formas de depresión que surgen en circunstancias concretas, como la depresión perinatal o la depresión psicótica.
En cualquiera de estos casos, es conveniente acudir a un médico que pueda diagnosticar correctamente la enfermedad y decidir el tratamiento más adecuado para cada persona.
Tratamientos contra la depresión
El tratamiento contra la depresión es de dos tipos: farmacológico o psicoterapia. Dependiendo del problema, puede ser necesario uno u otro o una combinación de ambos.
Tratamiento farmacológico
Los principales fármacos usados en el tratamiento de la depresión son los antidepresivos. Estos medicamentos se utilizan para corregir desequilibrios en los niveles de sustancias químicas del cerebro, especialmente la serotonina. Existen diversos tipos de antidepresivos, como los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina, los tricíclicos y los inhibidores de monoaminooxidasa, entre otros. Para cada caso el médico elegirá el más adecuado.
Al principio se medica al paciente de forma intensa para conseguir que los síntomas desaparezcan y, en una segunda fase, se suministran para impedir la manifestación de la enfermedad. Normalmente el tratamiento con fármacos hace efecto entre tres y cuatro semanas después de iniciar el tratamiento. Si con el tiempo no se producen avances, el médico puede optar por cambiar la dosis o el medicamento.
La duración del tratamiento antidepresivo depende de cada caso, ya que la depresión puede durar desde varias semanas hasta varios años. En general, la primera vez que se sufre un episodio depresivo, la duración del tratamiento farmacológico es de entre 6 y 12 meses. Tras un segundo episodio, el tratamiento se puede prolongar dos o tres años y, con episodios reiterados, el tratamiento puede ser de por vida. En cualquier caso, no se deben dejar de tomar los antidepresivos hasta que el médico así lo recomiende, ya que esto puede provocar el regreso de la depresión. La retirada debe ser gradual y siempre supervisada por el especialista.
Los antidepresivos pueden tener una serie de efectos secundarios como náuseas y vómitos, aumento de peso, diarrea, somnolencia y problemas sexuales. Algunos efectos secundarios más graves, aunque mucho menos comunes, son los problemas de corazón, las convulsiones y los pensamientos suicidas.
Psicoterapia
Su fin es ayudar al paciente a conocerse mejor y cambiar sus malas formas de pensar, sentir y actuar. La psicoterapia, sola o combinada con fármacos, ha demostrado su eficacia en la depresión, tanto para el tratamiento como para prevenir recaídas. Algunas de las más utilizadas son:
- Terapia interpersonal: su objetivo es ayudar a comprender y manejar las relaciones difíciles que pueden causar depresión o empeorarla.
- Terapia cognitivo-conductual: sirve para ayudar a cambiar el pensamiento negativo e interpretar el entorno y las relaciones de manera positiva y realista. También ayuda a cambiar los comportamientos que pueden estar haciendo que la depresión empeore.
- Terapia de resolución de problemas: puede ayudar a mejorar la capacidad para hacer frente a las experiencias estresantes de la vida. Es un tratamiento eficaz sobre todo para los adultos.
Además de los tratamientos prescritos por el especialista, es muy importante para las personas con depresión sentir la comprensión, el cariño y la paciencia de sus familiares y allegados. Asimismo, realizar ejercicio físico puede ayudar a mejorar los síntomas de la depresión, ya que hacer deporte mejora el sentido del humor y de sensación de bienestar general.