Los efectos del alcohol sobre la salud y las capacidades cognitivas y motoras son conocidos por la mayoría de la población. Beber alcohol –sea en pequeñas o grandes cantidades– afecta a la memoria, la atención y la capacidad de visión. Es por eso que, bajo los efectos del alcohol, está prohibido realizar ciertas actividades como conducir.
Tras el consumo de alcohol llega la resaca, que provoca malestar, dolor de cabeza y náuseas entre otros síntomas. Sin embargo, una vez que desaparece este malestar, no se recuperan al completo las capacidades cognitivas sino que los efectos de la resaca en el cerebro continúan incluso cuando no hay alcohol en sangre. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por la Universidad de Bath (Reino Unido), publicado en noviembre de 2018 en la revista Addiction.
Para realizar este estudio, los psicólogos encargados del mismo analizaron más de 700 investigaciones sobre el tema. Tras este análisis descubrieron que personas que ya habían procesado el alcohol consumido aún tenían afectada “la velocidad psicomotora, la memoria a corto y largo plazo y la atención sostenida. El deteriorado rendimiento en estas habilidades refleja una concentración y un enfoque más deficientes, una memoria disminuída y tiempos reducidos de reacción el día después de una noche de consumo excesivo de alcohol”, explicó Craig Gunn, uno de los autores principales del estudio.
Estas deficiencias cognitivas podrían afectar seriamente a algunas actividades cotidianas. Según señalo Sally Adams, otra de las autoras del estudio: “nuestros hallazgos demuestran que la resaca puede tener graves consecuencias en la realización de actividades cotidianas como conducir, y actividades laborales, como la concentración y la memoria”. De esta manera, podría ser necesario, por ejemplo, esperar más tiempo del que se creía para que sea seguro coger el coche o manejar maquinaria pesada en trabajos de riesgo. No obstante, los investigadores destacan que aún son necesarios más estudios en este campo para llegar a conocer el impacto real de una resaca en estas actividades.
Los efectos del alcohol
Consumir alcohol afecta a muchos órganos del organismo como:
- El cerebro: disminuye el autocontrol, la memoria, la concentración y las funciones motoras. Como ha concluido el citado estudio, estos efectos permanecen incluso después de que hayan desaparecido los síntomas de la resaca y el alcohol en sangre.
- El corazón: aumenta la actividad cardíaca.
- Los pulmones: acelera la respiración.
- Los riñones: reduce los niveles de la hormona antidiurética y provoca deshidratación.
- El hígado: es el principal perjudicado por el consumo continuado de alcohol.
A la larga, un consumo excesivo de alcohol puede producir daños hepáticos más o menos graves -como hepatitis o cirrosis alcohólica-, daños en el esófago, el aparato digestivo, el páncreas e incluso el sistema nervioso.
La resaca
Según el citado estudio, se denomina resaca al conjunto de «síntomas mentales y físicos experimentados el día después de un episodio de fuerte ingesta de alcohol, que comienzan cuando la concentración de alcohol en la sangre se acerca a cero».
Síntomas de la resaca
La resaca aparece normalmente cuando el alcohol en sangre baja hasta casi alcanzar 0 grados. Por lo general esto sucede a la mañana siguiente de haber bebido mucho. En función de qué bebida se haya ingerido y cuánta cantidad se haya tomado, podrían sufrirse los siguientes síntomas: fatiga y debilidad, sed excesiva, dolores musculares y de cabeza, naúseas y vómitos, sueño de mala calidad, mareos, temblores, falta de concentración, alteración del estado de ánimo y aumento de la sensibilidad a la luz y al sonido.
Factores que aumentan el riesgo de padecer resaca
Las resacas son provocadas por beber demasiado alcohol, cantidad indefinida que varía según la persona. Para algunas, un solo trago es suficiente para provocar resaca, mientras que otras pueden beber mucho sin sufrir resaca. Los factores que provocan que una resaca sea más grave o probable son:
- Beber con el estómago vacío.
- Consumir otras drogas, como la nicotina, a la vez que el alcohol.
- No dormir bien o lo suficiente después de beber.
Prevención de la resaca
Lo mejor para evitar la resaca es beber con mucha moderación y conocer cuál es el límite que cada uno puede aguantar. Cuanto menos alcohol se beba, menos posibilidades hay de tener resaca. Algunos consejos para evitarla son:
- Comer antes de beber y seguir haciéndolo mientras se esté ingiriendo alcohol.
- Tomar un poco de agua entre bebidas. Esto ayudará a consumir menos alcohol y a evitar la deshidratación provocada por el consumo de esta sustancia.
- Beber lentamente, ya que así disminuye la cantidad de alcohol ingerido.
- No beber más allá del límite personal que cada uno tenga.
Hay que recordar que consumir alcohol puede tener importantes efectos en la salud, por lo que su ingesta debe ser siempre muy moderada.