Según ha informado este jueves en un comunicado Andalucía Investiga, dependiente de la Consejería, el estudio establece que el 80% de los drogodependientes tiene alterada la capacidad de toma de decisiones.
El grupo de expertos, coordinado por el profesor Miguel Pérez García, aún no está en condiciones de predecir el nivel de recaída de los drogodependientes (objetivo final del proyecto), pero sí han logrado obtener resultados intermedios a su trabajo.
Han evaluado durante un año a las personas que han llegado a la comunidad terapéutica gestionadas por la Fundación para la Atención e Incorporación Social (Fadais) en Andalucía, y han descrito sus alteraciones de la función ejecutiva a través de su rendimiento en tareas neuropsicológicas, como la toma de decisiones, de flexibilidad o de memoria de trabajo, entre otras. Una vez analizadas, han logrado clasificar a los pacientes en cuatro categorías.
«En función del grado de alteración de la función cognitiva que padezca el paciente al entrar en el centro puede ser expulsado; terminar el tratamiento e irse; irse voluntariamente sin haber alcanzado ninguno de los objetivos del tratamiento o habiendo cumplido parcialmente los objetivos terapéutico», explica Pérez.
De esta forma, cuando llega el paciente los investigadores pueden predecir, en función del grado de deterioro de la función ejecutiva, a cuál de las cuatro opciones pertenece esa persona. «Por ejemplo, un individuo que muestra menor puntuación al ingreso en razonamiento abstracto, e inhibición y reconocimiento de emociones, tiene más probabilidad de tener un alta por motivos disciplinarios», asegura.
Los especialistas buscan respuestas en estos aspectos neuropsicológicos porque han observado «altas tasas de recaída del 50 por ciento» tras los tratamientos. Se trata de personas «para las que el sistema emocional está completamente aplanado».
«Su toma de decisiones está muy alterada porque sólo funciona como guía emocional la droga y no sirven los mismo refuerzos que para el resto son habituales como la familia, los amigos o el trabajo», detalla el investigador, que considera que sería útil hacer evaluaciones neuropsicológicas en los centros terapéuticos «nada más llegar el paciente».
Los investigadores quieren saber ahora cómo cambian las funciones neuropsicológicas durante la permanencia del drogodependiente en una comunidad terapéutica. Para ello, están haciendo un seguimiento de la evolución de las capacidades de la función cognitiva durante la terapia que no se había hecho hasta ahora.
Los datos preliminares indican que el razonamiento abstracto, la capacidad motora, el reconocimiento de emociones y la capacidad de planificación mejoran.
Sin embargo, la capacidad de tomar decisiones se mantiene igual que al ingreso, según Pérez, que confía que esto sirva para ahondar en la posible predicción de una futura recaída de los pacientes.