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Las mujeres que congelan sus óvulos se multiplican por diez desde 2009

El número de mujeres que optan en España por congelar sus óvulos para preservar la fertilidad se ha multiplicado por diez desde 2009, y más de la mitad de las que optan por la fecundación «in vitro» (FIV) ya supera los 40 años, según un informe de Salud de la Mujer Dexeus.

El informe también indica que la edad media de las pacientes de reproducción asistida del Hospital Universitario Dexeus ha pasado, desde 1995, de 35 a 39 años.

El estudio asegura que actualmente «más del 30 % de los ciclos de fecundación in vitro (FIV) precisa de diagnóstico genético implantacional», una técnica que permite estudiar el ADN de los óvulos o de los embriones para seleccionar los que cumplen las características adecuadas.

Asimismo, el trabajo presentado hoy afirma que un 40 % de las mujeres que apuesta por la FIV en este centro requiere óvulos de una donante, mientras que hace quince años esta técnica solo se aplicaba en el 4 % de los casos.

Los investigadores han recordado a partir de este dato que España es el país europeo en el que se hacen más tratamientos de ovodonación, una cifra que equivale al 50 % de todos los que se practican en Europa, según datos publicados por la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE).

El director del centro Salud de la Mujer Dexeus, el doctor Pedro N. Barri, ha explicado que desde el nacimiento en 1984 de Victoria Anna Perea, la primera persona concebida a través de FIV en España, ha habido «un cambio radical en el perfil de las pacientes que recurren a estas técnicas, así como en los motivos que les llevan a hacerlo».

Barri ha afirmado que al principio la paciente que acudía al centro sanitario para que se le aplicara la FIV era una mujer de unos 30 años, con pareja, que tenía problemas de fertilidad, mientras que el perfil actual es el de una mujer de 39 años de media que «padece esterilidad por problemas asociados a su edad avanzada».

Pedro N. Barri ha alertado sobre esta tendencia, pues «una edad materna avanzada aumenta el riesgo de que surjan complicaciones durante la gestación y el parto, así como de que se produzcan abortos o alteraciones cromosómicas durante la formación del embrión».

El informe indica que el número de mujeres que «recurren a la reproducción asistida para emprender la maternidad en solitario o porque su pareja es otra mujer ha ido creciendo de manera significativa desde 2009», aunque no aporta datos más específicos.

La Directora I+D+I del Servicio de Medicina de la Reproducción de Salud de la Mujer Dexeus, Anna Veiga, ha explicado a los medios las diversas líneas de investigación que podrían tener un impacto en la medicina reproductiva del futuro, entre las cuales se encuentran el trasplante de útero o el uso de células madre pluripotentes.

Preguntado sobre la gestación subrogada, Barri ha afirmado que ésta es técnicamente muy simple y tiene resultados muy buenos y ha asegurado que esta técnica sería vista más positivamente por la sociedad si se eliminaran «los vínculos económicos y el comercio» que la rodea.

Veiga ha reclamado también un registro único de donantes de esperma, para controlar los descendientes que tiene una misma persona, y ha denunciado que muchas mujeres congelan sus óvulos para no perjudicar su situación laboral.

Sobre el hecho que los futuros padres puedan elegir el sexo de su descendiente, Veiga ha afirmado no ver inconveniente alguno «si hablamos de países como el nuestro en el que no hay discriminación por ser hombre o mujer», ya que opina que no se cambiarían los equilibrios poblacionales existentes entre sexos.

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