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Las migrañas como enfermedad crónica

jaquecaDefinida como una cefalea de origen intracraneal de tipo vascular y con una influencia de ente uno y tres días, la migraña está encuadrada entre las veinte causas de discapacidad según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sus síntomas se ven potenciados con los esfuerzos físicos del sujeto. Las náuseas pueden ser su desencadenante más agresivo. Según datos extraídos de las Fundación Migraña, en torno a un millón y medio de personas la sufren a diario, de los cuales, entre un 15 y un 20%, padecen crisis de migraña diariamente.

Dichas crisis vienen predecidas de manifestaciones prodrómicas (malestar general). El campo de visión suele ser uno de los más alterados experimentando episodios de fotopsias (ráfagas de luz) siendo su duración de unos quince minutos. En ocasiones, su indomable efecto se traduce en cierto tipo de parastesias (hormigueo, principalmente en las manos y los labios), así como afasias (incapacitación de generar correctamente el lenguaje). También episodios de fonofobia (malestar generado por cierto tipo de ruidos).

Su paliación se asienta en función del afectado. Desde acudir al reposo exento de ruidos y luz hasta la utilización de compresas de agua, así como la aplicación de aceite de menta sobre la sien o nuca y ejercer una presión moderada sobre la zona dolorida con una cinta o banda, se asientan como los empleos no farmacológicos. Desde un pusto de vista farmacológico, existen una serie de componentes que palian la enfermedad mitigando los efectos en función de la intensidad de la dolencia y de las características propias del que las sufre.

El empleo de antiflamatorios de tipo no esteroideo, así como los antieméticos suelen ser utilizados para crisis moderadas. Si los efectos se asemejan a un cudro de crisis grave, el empleo de triptanes (conjunto de fármacos agonistas de los receptores de serotonina) tales como el eletriptán, zolmitriptán, sumatriptán, son los más demandados. Aunque en el proceso selectivo de optar por la opción del fármaco o la no farmacológica, es una decisión que debe dar un especialista. Los posibles efectos secundarios en sujetos tras la ingesta de los triptanes, por ejemplo, pueden ser contraproducentes.

La importancia de la alimentación

La incidencia de la migraña se compone de distintas teorías. Desde un punto de vista no farmacológico, la aparición de la migraña por intolerancia alimentaria se debe principalmente a la presencia de la histamina, la cual se debe, o bien por su liberación en el interior de las células ya sea por un procedimiento alérgico o no alérgico; o bien por el llamado síndrome de histaminosis enteral. Esto implicaría por tanto, no acudir al consumo de fármacos así como recurrir a una dieta no basada en alimentos ricos en histamina.

La ingesta de fármacos que luchan contra el efecto de la migraña, a su vez, tienen una serie de efectos secundarios- más o menos incidentes depende del sujeto- que vienen provocados por un abanico de causas. Desde los trastornos hormonales (tres de cada cuatro afectados por este enfermedad crónica son mujeres siendo los procesos de ovulación y menstruación en los que el efecto migrañoso se potencia) hasta el ayuno, pasando por una mala elección de los hábitos de vida (estrés, tensiones laborales u personales, entre otros), pueden potenciar la aparición de migraña. También, los trastornos del sueño así como los cambios atmosféricos se asientan como una consecuencia directa de la incidencia migrañosa.

Según la Organización Mundial de la Salud, en los últimos cincuenta años se ha incrementado casi en un 40% la incidencia de esta dolencia. En contrapartida, se conocen sus efectos y se trabaja en dilucidar cuales son sus causas reales para paliar su incidencia. Que se deba a factores congénitos no se descarta. Mientras tanto, los afectados deberán continuar luchando contra un efecto que les trae de cabeza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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