Con anterioridad los investigadores conocían casos de células cancerígenas transmitidas de la madre al feto en el útero pero estos fenómenos no se habían confirmado por vía experimental. Los científicos, dirigidos por Mel Greaves, utilizaron un seguimiento genético para mostrar evidencias de este tipo de transmisión del cáncer de la madre al feto.
Los investigadores informan ahora del caso de una madre de 28 años que desarrolló leucemia poco después de dar a luz a su bebé y cuya hija de once meses desarrolló el mismo tipo de cáncer.
Un análisis genético reveló una coincidencia clónica entre las células cancerígenas de la madre y las del bebé y una posterior prueba de las células sanguíneas del recién nacido recogidas durante el parto en un procedimiento de rutina mostró que el niño tenía las mismas células cancerígenas en el momento de su nacimiento.
Posteriores análisis genéticos revelaron que las células de leucemia del bebé derivadas de la madre carecían de una región del ADN que las hubiera señalado como intrusas y activado su eliminación por parte del sistema inmune.
Los investigadores sugieren que esta pérdida genética probablemente permitió a las células cancerígenas superar la barrera placentaria y escapar al reconocimiento del sistema inmune.