A diferencia de su hermana masculina, la viagra de la farmacéutica «Pfizer Inc», este medicamento («flibanserin») para mujeres que todavía no han entrado en su período de menopausia, debería tomarse día a día como un tipo de antidepresivo que equilibra los químicos del cerebro asociados con el deseo sexual.
Sin embargo, las investigaciones desarrolladas sobre 2.400 mujeres y que consistían en tomar placebo y esta pastilla sin que la paciente supiese lo que realmente estaba tomando, reflejan que su efectividad sólo mejora ligeramente la libido y tiene efectos secundarios. De hecho, un 15 por ciento de las mujeres que la tomaron abandonaron el tratamiento antes de que el estudio terminara porque sufrían depresión, desmayos y fatiga, entre otros problemas.
Pero las esperanzas y los intentos para resolver el «desorden sexual femenino hipoactivo» continúan, dado que también la compañía estadounidense BioSante Pharmaceuticals está investigando un producto para este menester. La investigación de su producto, un gel basado en la hormona masculina testosterona, se encuentra en su tercera fase y, según la compañía, consigue aumentar la satisfacción sexual en un 238 por ciento durante las cuatro semanas de pruebas. El fabricante investiga los posibles riesgos cardiovasculares que podría suponer la testosterona, pero espera presentar su solicitud de aprobación a la FDA a finales de 2011.
Las dificultades para conseguir este tipo de medicamento se deben, según los expertos, a que mientras el problema de disfunción sexual de los hombres es físico, para las mujeres es más complicado porque puede estar en el cerebro y, al mismo tiempo, puede ser debido a causas biológicas y psiquiátricas.
«Para los hombres, el problema estaba en sus genitales y eso era mucho más fácil de resolver que solucionar un problema que está en el cerebro», señaló a CNN Sheryl Kingsberg, una psicóloga clínica y profesora de la Escuela de medicina de la Universidad Case Western Reserve.