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La uveítis, una enfermedad ocular por descubrir

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Ojos de mujer. :: IDEAL

El origen de las uveítis o inflamación de la capa media del ojo se desconoce en aproximadamente la mitad de los casos, en los cuales esta patología no se presenta en el contexto de otra enfermedad. «Aproximadamente en el 50% de los pacientes con uveítis no es posible llegar a un diagnóstico etiológico después de una evaluación exhaustiva y son diagnosticados de uveítis idiopáticas, es decir, de origen desconocido», según ha explicado el Dr. Ricardo Blanco, reumatólogo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).

 

A pesar de la dificultad diagnóstica de esta patología ocular inflamatoria, en la otra mitad de los casos puede establecerse una causa. Se estima que en una tercera parte de los pacientes la uveítis se produce por alguna enfermedad reumática como pueden ser la artritis idiopática juvenil (AIJ), la espondilitis anquilosante, la artritis asociada a enteropatías, la artritis reactiva, algunas vasculitis sistémicas y la sarcoidosis, entre otras. A juicio del Dr. Blanco, «concretamente, hasta en un 40% de los pacientes con uveítis es posible identificar una enfermedad sistémica, generalmente reumática y, en los casos restantes, la uveítis se debe a cuadros puramente oftalmológicos».

Síntomas

Según el especialista, «la probabilidad de encontrar una enfermedad sistémica asociada a una uveítis es mayor en uveítis anteriores y panuveítis, mientras que en la mayor parte de las uveítis posteriores, el diagnóstico final se corresponde con cuadros infecciosos y en las uveítis intermedias con cuadros idiopáticos». El tipo de uveítis que se produzca determina tanto las manifestaciones clínicas a nivel ocular como el pronóstico. Así, la uveítis anterior suele cursar con dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia de aparición más o menos brusca; pocas veces existe disminución de la agudeza visual y, si aparece, suele ser leve. Sin embargo, en la uveítis posterior existe disminución de la agudeza visual, visión de ‘moscas volantes’ y ocasionalmente fotofobia; por el contrario, no suele existir dolor ni enrojecimiento ocular.

En cuanto al pronóstico, en palabras del reumatólogo, «en el caso de las uveítis anteriores este es, por lo general, bueno; mientras que en las uveítis posteriores, intermedias y panuveítis el pronóstico varía según la gravedad de la inflamación y el tipo de enfermedad que ocasione esa uveítis, pudiendo llegar a convertirse en ceguera si no se trata y controla bien desde el principio» Tanto es así que, a pesar de la relativa baja incidencia de la uveítis (0,1%, lo que supone 52 casos nuevos por 100.000 habitantes al año), se estima que el 10% de pérdidas visuales totales se debe a esta enfermedad, según la Sociedad Española de Reumatología. Asimismo, un tercio de los pacientes con uveítis tiene ceguera y la patología supone la tercera causa de ceguera en países desarrollados en pacientes en edad laboral.

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