El Director del Area de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra, Felipe Prósper, ha señalado que «en unos años se podrán ver resultados clínicos reales y mejorías para los pacientes de terapia celular en patologías cardiacas«. No obstante, el científico ha observado que este hecho actualmente «no es una realidad clínica».
El investigador se ha referido a que «si bien, hasta ahora las células madre han representado una estrategia prometedora, lo cierto es que sus resultados clínicos no han sido todo lo positivos que se podía esperar». Por tanto, ha apuntado, que hay que «reevaluar» cuál es su posible aplicación y «cuál podría ser la mejor forma de aplicar las células madre o sus derivadas para conseguir el efecto que se quiere, que es mejorar la supervivencia de los pacientes con patología cardiaca«.
Al respecto, Prósper ha detallado varias líneas alternativas y posibilidades, entre las que ha citado «la ingeniería de tejidos, la producción de tejidos que puedan sustituir la pared del ventrículo basándose en la utilización de componentes extracelulares junto con las células».
Estrategias
Igualmente, otra estrategia que ha señalado es la «fabricación de fármacos que puedan liberar sustancias, factores de crecimiento que contribuyan a mejorar la función cardiaca y a regenerar el corazón utilizando técnicas, nanotecnologías y producción de partículas con capacidad de liberación prolongada de sustancias». De la misma forma, también ha apuntado al desarrollo de las células de pluripotencia inducida (células iPS) de las que ha expresado que «obviamente, tienen una mayor capacidad proliferativa y de diferenciación que otras poblaciones celulares» y que «si se pudiesen desarrollar de una manera suficientemente segura» podrían aplicarse en patología humana «en el futuro».
Preguntado hacia dónde se dirigen los avances en medicina regenerativa, Prósper ha manifestado que deben dirigirse a «entender mejor los mecanismos por los cuales las células pueden funcionar y, basándose en estos mecanismos, aplicarla y llegar a representar una realidad clínica».