Y es que, el 70 por ciento de la población tiene algún tipo de patología podal, especialmente las personas mayores, lo que provoca un debilitamiento de las articulaciones y las protecciones naturales del cuerpo. Además, según ha informado el asesor médico de Cinfa, Eduardo González Zorzano, factores como la herencia genética, el estar mucho tiempo de pie o el uso continuado de calzado inadecuado influyen, «y mucho», en la aparición de estas enfermedades que son, entre otras, el juanete o la metatarsalgia.
«El uso de zapatos inadecuados de tacón muy alto, estrechos o que impidan la transpiración provoca también dolencias importantes, como los callos o hiperqueratosis, un proceso generado por el aumento de la presión en zonas concretas de los dedos», ha apostillado el experto.
En este sentido, Zorzano ha destacado la necesidad de asear los pies a diario; secarlos «concienzudamente», prestando especial atención al espacio entre los dedos; aplicar crema hidratante después del lavado, especialmente en los talones; no dejar crecer en exceso las uñas; y utilizar un calzado flexible, transpirable y de anchura adecuada para los pies.
Asimismo, ha aconsejado estirar y recoger a menudo los pies, mover los dedos y girar los tobillos; utilizar chanclas o escarpines de goma en zonas húmedas de uso público; y, finalmente, consultar al farmacéutico sobre soluciones podológicas diseñadas para aliviar los dolores provocados por las distintas patologías. «Un pie cuidado es un pie sano», ha zanjado el especialista.