En muchas ocasiones, todos podemos sentir cierta tensión y presión en nuestro día a día ocasionada, por ejemplo, por nuestros amigos o familiares o por parte de las personas con las que nos relacionamos en el trabajo.
En estos casos, vemos cómo nuestra capacidad de decisión se ve mermada y, de alguna manera, nos sentimos obligados a hacer algo con lo que verdaderamente no estamos de acuerdo por el simple hecho de encajar o de ser socialmente aceptados.
Podríamos decir que la presión social es una fuerza invisible que condiciona, empuja e influencia algunas de nuestras decisiones, cambiando nuestra percepción del mundo en un determinado momento y haciéndonos tomar caminos que poco tienen que ver con nuestra personalidad o nuestros valores. De esta manera, la presión socialcondiciona también nuestras expectativas, obligándonos, en cierto modo, a adaptarnos a las normas y los valores sociales que nos rodean en nuestro entorno.
Poder entender y aprender cómo nos influye diariamente la presión social es una estrategia fundamental para priorizar nuestro bienestar emocional y mantenernos coherentes y alineados con nuestros valores.
Por esto, en este artículo vamos a explorar qué es la presión social, cuáles son sus causas, cómo nos puede influir y, lo más importante, cómo podemos afrontarla.
¿Qué es la presión social?
La presión social no deja de ser otro mecanismo más en el que la fuerza social ejerce cierta influencia en las decisiones que toma una persona, viciándolas y convirtiéndolas en una norma que todos debemos seguir para no sentirnos rechazados.
Los valores, las normas o los comportamientos que son aceptados en una determinada sociedad o grupo social se convierten en un elemento de presión que puede llegar a determinar en gran medida las decisiones que tomamos en el día a día.
Por lo general, la presión social se pone de manifiesto a través de comentarios, juicios y opiniones de personas cercanas a nuestro círculo social; sin embargo, también pueden responder a ciertas normas o expectativas culturalesque están presentes en nuestra vida desde la infancia.
¿Qué causas provocan la aparición de la presión social?
Como ya comentamos más arriba, la presión social puede estar originada tanto por una persona concreta, como por un grupo de personas o también como una respuesta social a lo convencionalmente establecido. Podríamos decir, por tanto, que la presión social es un efecto que nace de diferentes fuentes que pueden ir desde la familia, los amigos o los compañeros de trabajo, hasta los medios de comunicación y por supuesto la cultura y la sociedad.
En este sentido, hay que entender que las principales causas que provocan la presión social siempre están ligadas a esanecesidad que todos tenemos de encajar y pertenecer a un determinado grupo. Por todo esto, tanto las expectativas culturales, como los estereotipos sociales o las comparaciones con otros pueden ser elementos de presión que influyen en nuestras decisiones.
Cómo afecta la presión social en la toma de decisiones
Uno de los principales efectos y consecuencias que tiene la presión social sobre nuestra vida es que afecta e influye de manera directa en nuestra toma de decisiones.
Así, la presión social puede llevarnos a decidir actuar de manera contrapuesta a nuestros valores y convicciones, obligándonos a descartar nuestros propios juicios para poder responder de manera positiva a lo que se espera de nosotros en sociedad.
Hay que entender que esto, además de llevarnos a tener una idea contradictoria de nosotros mismos, también puede generar estrés, ansiedad o una disminución de la autoestima, ya que tomamos muchas decisiones de manera condicionada por miedo a ser juzgados.
Esto afecta a nuestra autenticidad como personas, por lo que es importante plantar cara a la presión social a través de un proceso de reflexión interna y autoaceptación que nos ayude a resistir influencias externas que no estén alineadas con nuestra identidad, priorizando siempre nuestro bienestar emocional.
Consejos para afrontar la presión social
Aprender a afrontar la presión social es clave y un proceso de preparación y entrenamiento en el que lo principal escontar con un buen nivel de autoconocimiento y autoestima.
Para aumentar las garantías de éxito en este propósito, una buena estrategia es cursar un título de Experto en Mindfulness y Gestión Emocional, que ayuda muchísimo a encontrarse mejor con uno mismo, aprender a ayudar a otros y a no caer en las influencias y las expectativas que los demás proyectan sobre nosotros.
En este sentido, el trabajo de autoconocimiento resulta esencial para conocer cuáles son nuestros valores y para aprender a poner límites en las relaciones sociales que establecemos, alineando las decisiones que tomamos con nuestra personalidad, independientemente de la presión social que estemos recibiendo.
Además, también es importante trabajar y desarrollar una buena autoestima, que nos permita confiar en nosotros mismos y en las elecciones que tomamos, haciéndonos más resistentes a las opiniones y los juicios de los demás.
Finalmente, el último consejo para empezar a afrontar la presión social es aprender a establecer y marcar nuestros propios límites. Aprender a decir «no» cuando algo no está alineado con nuestros valores o necesidades es crucial paramantener nuestra integridad y poder tomar decisiones más conscientes.