Antes de continuar, resulta pertinente diferenciar entre obesidad y sobrepeso, ya que el primero, exceptuando a todos aquellos que sufren alguna disfunción de la tiroides, se presenta como causa directa de una mala alimentación desmedida. Resulta sorprendente que en países mediterráneos como Grecia, Italia o España, donde gracias a su privilegiada climatología la tierra aporta todo tipo de alimentos y nutrientes equilibrados, los índices de obesidad sean los más elevados de la Unión Europea (UE).
Por su parte, el sobrepeso se encuentra en la frontera de padecer enfermedades cardiovasculares u reumáticas, aunque su paliación resulta menos compleja. Un trayecto más liviano. Aunque en la infancia, las complicaciones son mayores. Según un estudio del Hospital de Monteflore en Nueva York (EEUU), publicado durante la celebración anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica celebrada en Chicago y de la que la agencia de noticias Europa Press se hacía eco el pasado día 1 de diciembre, la degeneración de la columna vertebral es una de consecuencias más acusadas en menores.
Sus resultados no fueron de lo más alentadores. El 52% de los pacientes sufrían anomalías en la zona lumbar, en su mayoría como consecuencia de una enfermedad discal asociada. Esto incide en dolores agudos en dicha área. Es más, casi el 70% de este target presentó perturbaciones tras la resonancia magnética posterior a la evaluación de su Indice de Masa Corporal (IMC), mediante el cual, se observó que casi el 66% de los mismos lo sobrepasaban con creces. Únicamente, el 34% restante mostraba un IMC óptimo.
Judah G.Burns, director de la investigación llevada a cabo, hizo hincapié en el coste sanitario que también genera no poner soluciones a un problema de escala mundial. “El dolor de espalda produce una morbilidad significativa en los adultos, afectando a la calidad de vida y a la capacidad para ser productivos”.
Acudir al especialista
No existen dietas milagrosas, ni todos los niños tienen las mismas características físicas. Al igual que los sujetos de edad adulta, cada uno de los organismos es diferente. Por ello, debe ser un especialista (endocrino, por ejemplo), el encargado de llevar a cabo un diagnóstico pormenorizado del caso a tratar.
La clave para tener salud radica en una alimentación equilibrada, ya no sólo de los más pequeños, sino de todos. No es una cuestión que se asienta en comer más, sino en comer sano y de todo. El deporte siempre se asienta como una de las medidas complementarias más aconsejables. Puede que sea un buen comienzo para evitar que un niño de 6 años sufra males mayores por un excesivo consentimiento a la hora de alimentarse.