Durante los primeros años de vida, los bebés sufren el enviste de determinados parásitos y agentes externos que los hacen más vulnerables. Los oxiuros, comúnmente llamados gusanos, son una de las principales causas que inciden en el malestar de los más pequeños, aunque ningún humano está exento de padecer sus molestos efectos. De hecho, esta parasitosis suele incidir en los padres del menor afectado por el contacto directo con su hijo. La incidencia es alta en los centros escolares, preescolares y guarderías, asentándose como una de las primeras causas de infecciones intestinales en los niños.
El área de influencia suele ser la zona anal. La expansión a otras partes del cuerpo se debe al escozor que provoca en la superficie afectada, incidiendo en la transportación a otras áreas como las uñas. Este tipo de gusanos suelen adentrarse en el organismo por vía oral, trasladándose a la zona del intestino delgado- si son inmaduros-, o en el intestino grueso- si son ya adultos-. Una vez aquí, las hembras de este tipo de gusano, son las portadoras de los huevos, anidando en la área anal y provocando la irritación.
La inhalación de los mismos también se asienta como otra de las vías de contagio. La higiene, por tanto, se estipula como una de las medidas para paliar el desarrollo de las larvas. Una vez en el organismo, todas las superficies con las que se tenga contacto, son foco de infección futura para otros individuos. Los baños, dormitorios, sábanas y ropa e incluso, todo tipo de objetos con los que el afectado ha tenido contacto, también.
De igual modo, su transmisión puede darse a través de los alimentos o el agua. La onicofagia (ingesta de las uñas), así como la retroinfección de larvas que penetran del ano al recto, son otras vías igual de probables. Los síntomas suele ser el prurito anal, así como genital, incidiendo en la irritación de dichas zonas tras el rascado. En las niñas se puede dar la vulvovaginitis.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la oxiuriasis se asienta en la pormenorizada investigación sobre las heces del afectado. Mediante una cinta adhesiva sujeta a la zona perineal y anal, se recolecta los huevos anidados para su posterior análisis mediante el microscopio. Este procedimiento debe llevarse a cabo antes de que el sujeto se lave o en el momento en el que esté recién levantado.
En distintos manuales médicos consultados, se incide en el tratamiento diferencial entre los afectados en la edad adulta y los niños. Algunos de los problemas en las mujeres son los pruritos, los cuales, vienen provocados por las infecciones vaginales, la tricomoniasis (enfermedad de transmisión sexual y que afecta también a los hombres), o alergias, mientras que en los varones puede deberse a hemorroides y fisuras.
Tratamiento
Tanto el afectado como su círculo más cercano, deben de ser tratados. Además, en los espacios en las que el portador habita, tienen que ser desinfectados para evitar la reinfección. En cuanto a las recomendaciones, se estipula no ingerir las uñas, llevar a cabo un lavado continuado de las manos y las zonas de riesgo.
El albendazol o pamoato, se asientan como los agentes más efectivos en la medicación antiparasitaria. Por tanto, la oxiuriasis puede ser erradicada siempre y cuando se tomen las medidas oportunas anteriormente especificadas. Acudir a su médico se presenta imprescindible para evaluar el proceso de infección en el que se encuentra el afectado. Adoptar medidas como éstas contra para la erradicación de los oxiuros es eficaz pero no aconsejable puesto que en la mayoría de los casos, la aparición de los huevos vuelve a las dos semanas.