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La mala comida y la falta de ejercicio duplican los hipertensos jóvenes

PERRITO_RETOCADO

El número de personas con hipertensión arterial menores de 35 años se ha duplicado desde principios de este siglo debido al exceso de peso y a la falta de ejercicio, dos factores que contribuyen a que los problemas asociados a esta enfermedad genética aparezcan antes de lo habitual.

El especialista Pedro Aranda asegura que un nueve por ciento de la población menor de 35 años padece esta enfermedad, cuyo día mundial se celebra mañana, porque el estilo de vida es ahora «peor» que hace diez o quince años. Aunque la mayoría de los casos de hipertensión tengan un fondo genético -ha precisado el que fuera presidente de la Sociedad Española de Hipertensión hasta el pasado año- es posible retrasar su aparición si se practica ejercicio físico de forma regular y se controla el exceso de peso.

Aranda recomienda reducir el consumo de sal, moderar el de grasas y alcohol, así como aumentar la ingesta de frutas y verduras, es decir, «seguir la dieta mediterránea», además de eliminar el tabaco. Estas pautas también bastan para controlar a los hipertensos que no necesitan medicación -alrededor del diez por ciento- y sirven de complemento a los que sí deben tomar fármacos, ya que un estilo de vida saludable puede combatir factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes, la obesidad, el colesterol y la hipertensión.

El «asesino silencioso»

La hipertensión se conoce como el «asesino silencioso», pues no suele presentar síntomas hasta que causa problemas de corazón, riñón o visión, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los menores de 35 años tomarse la presión arterial una vez al año o con mayor frecuencia si tienen antecedentes familiares. Después de esa edad, la presión arterial -que cuando supera los 140 mmHg para la sistólica y/o los 90 mmHg para la diastólica se considera hipertensión- debe medirse semestralmente, y a partir de los cincuenta años, cada dos meses, mientras que las embarazadas deben extremar los controles.

En España un 35 por ciento de la población adulta padece hipertensión arterial, alcanza el cuarenta por ciento en edades medias y el sesenta por ciento en mayores de sesenta años. En total más de diez millones de españoles son hipertensos, de los que tres millones no están diagnosticados y el sesenta por ciento no presenta cifras de presión arterial controladas. Según la Sociedad Andaluza de Hipertensión Arterial, si se consigue controlar la presión arterial, se pueden reducir las isquemias cerebrales y la insuficiencia cardíaca a la mitad, así como el infarto de miocardio un 25 por ciento.

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