La leche ha acompañado al ser humano desde hace miles de años. Este alimento aporta una parte importante de la energía y nutrientes que consumimos, lo que pone de manifiesto la importancia de asegurar que su calidad nutricional se adapta a las exigencias nutricionales específicas del ser humano en cada una de las etapas de su vida, desde la infancia a la madurez.
El pasado 26 de junio se celebró el Día Mundial de la Leche, una fecha que subraya la importancia de este alimento en la dieta humana en la medida en que contribuye decisivamente a mejorar la salud presente y futura de las familias gracias a su capacidad de responder ante diferentes requerimientos nutricionales. La evolución de lo que entendemos como ‘la mejor leche’ hasta la fecha ha sido vertiginosa. A día de hoy, podemos afirmar que se trata de uno de los alimentos que mejor se amoldan a las rutinas de la vida moderna sin perder de vista su objetivo de mejorar la salud presente y futura de las familias. Por ello, no hay una sola ‘mejor leche’, si no que cada uno de nosotros tendrá una propia en función de sus requisitos nutricionales específicos.
FUENTE DE NUTRIENTES ESENCIALES
La leche es per se un alimento muy completo, al ser una importante fuente de proteínas de alta calidad. Junto con la proteína del huevo, la proteína láctea es una de las más ricas en aminoácidos esenciales, que son aquellos que nuestro organismo no puede sintetizar y que deben ser ingeridos en la dieta. Además, la leche es la principal fuente dietética de calcio, siendo muy complicado alcanzar las ingestas recomendadas de este mineral sin el consumo de lácteos. También la leche contiene vitaminas A, D, E, B2, B6, B12, B9 y C2.
La adaptación de la leche a las necesidades nutricionales humanas se convierte en un reto para la industria láctea. Y es que cada momento de la vida es diferente y, por tanto, la leche consumida en cada una de esas etapas también lo debe ser. Este alimento es básico en la pirámide nutricional recomendada por los expertos y cuyo consumo está muy extendido entre la población. Tanto es así, que se calcula que su penetración en los hogares españoles es del 99% y, según las últimas estimaciones, cada español toma al menos un vaso de leche al día.
LECHES ADAPTADAS PARA NIÑOS
Si hay un grupo de población con unos requerimientos nutricionales específicos en función de su edad, son los niños, que están en continuo crecimiento, desarrollo y aprendizaje. Por tanto, es indispensable disponer de productos adaptados a estas necesidades nutricionales tan características. Se recomienda que los niños a partir de 1 año se vayan incorporando progresivamente a la dieta del resto de la familia. Sin embargo, estudios recientes muestran que los niños, tanto en España como en el resto de países europeos, tienen importantes carencias en determinados nutrientes, como por ejemplo la vitamina D, el hierro, el yodo o los ácidos grasos omega-3 (DHA)15,16. En este contexto, la disponibilidad de alimentos enriquecidos en estos nutrientes es importante para mitigar dichas carencias.
Es precisamente la población infantil la que consume mayor cantidad de leche, por lo que la adaptación de este alimento a sus necesidades es, si cabe, más importante. A finales de los años 70 empezaron a comercializarse las primeras leches infantiles, destinadas a lactantes que no podían ser amamantados. Sin embargo, tras el periodo de lactancia las necesidades nutricionales siguen siendo muy específicas y la leche de vaca no es el alimento que mejor se adapta a ellas. Por ello, a finales de los 90 empezaron a comercializarse las leches de crecimiento caracterizadas por un menor contenido en proteínas que la leche de vaca y un perfil lipídico totalmente diferente y mucho más parecido al de la leche materna, con mayor contenido en ácidos grasos esenciales omega-6 y omega-3, como el DHA que es un nutriente fundamental porque forma parte de todas las estructuras del organismo, especialmente de las células de la retina y del sistema nervioso.
LECHES ADAPTADAS PARA ADULTOS
En el caso de los adultos, hay diferentes leches adaptadas. Aprovechando la excelencia de la matriz láctea, este alimento se ha enriquecido con un nivel de calcio un 35% superior al presente de forma natural en la leche, dando lugar a las leches enriquecidas con calcio. Esta adaptación también responde a una necesidad nutricional, ya que diferentes estudios demuestran que más de un 70% de la población española no consume la cantidad de calcio recomendada.
En 1998 se lanza al mercado la primera bebida láctea enriquecida en Omega-3. En este alimento se sustituye parte de la grasa saturada de la leche por grasa mono y poliinsaturada, como el ácido oleico y los ácidos grasos omega-3. La OMS reconoce en su último informe sobre consumo de grasas, que la sustitución de grasas saturadas por grasas insaturadas en la dieta humana es beneficiosa para la salud cardiovascular, ayudando a controlar factores de riesgo como el colesterol. En este mismo informe se pone de manifiesto que la ingesta de ácidos grasos omega-3 es beneficiosa para la salud del corazón. Aunque estos ácidos grasos están presentes en la dieta, fundamentalmente en el pescado azul, un estudio reciente demuestra que más de un 60% de la población adulta española no consume la cantidad recomendada de ácidos grasos omega-3. De ahí la utilidad de contar con un alimento de consumo diario que facilite alcanzar este equilibrio en el consumo de grasas.