La identificación de un determinado genotipo triplica las posibilidades de respuesta de pacientes al tratamiento de hepatitis virales. Entre las novedades para el tratamiento están dos fármacos inhibidores de la proteasa.
Estos fármacos, administrados junto al tratamiento estándar, aumentan un 25 por ciento el número de pacientes que responden favorablemente a este tratamiento. También se han puesto de manifiesto los avances en la aplicación de la genómica para el tratamiento de la hepatitis viral, que ayudará a elegir la terapia más adecuada a cada paciente, incrementando las probabilidades de respuesta a una u otra terapia.
La búsqueda de señales genéticas en el paciente es un objetivo fundamental para la mayoría de los grupos de investigación en España y el resto del mundo pues son muy útiles en el manejo de las enfermedades hepáticas. En el caso de las hepatitis virales, cuando un paciente posee determinadas condiciones genéticas -genotipo favorable de la IL28b y genotipo 1 del virus C- las posibilidades de curación son de un 80 por ciento, según ha destacado el doctor Manuel Romero, director de la Unidad Médico-Quirúrgica de Enfermedades Digestivas del Hospital Valme de Sevilla.
La hepatitis viral es una de las enfermedades hepáticas más frecuentes, causada por la infección por los virus de la hepatitis, de los que se conocen cinco tipos: A, B, C, D y E, que, de forma genérica se trasmiten por vía sanguínea o sexual. En el caso de los virus B, C y D, la hepatitis puede evolucionar hasta causar cirrosis y carcinoma hepatocelular.
La hepatitis crónica C es la hepatitis viral que genera un mayor problema sociosanitario en España, tanto por su prevalencia -del 1 al 1,5 por ciento de la población) como por su morbimortalidad, siendo la principal causa de trasplante hepático en el mundo. La hepatitis crónica B tiene una prevalencia e incidencia inferior pero una notable morbimortalidad.