La Comisión de Neurología del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía acaba de publicar una guía práctica para el tratamiento de la hemiplejia con la intención de poner en manos de los profesionales de la fisioterapia una serie de recomendaciones que les ayude en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria más adecuada para problemas relacionados con el infarto cerebral (ACV o Ictus). En este sentido, los fisioterapeutas advierten sobre la necesidad de la puesta en marcha de Unidades de ictus en todos los hospitales andaluces ya que, al contrario de lo que ocurre en otros países, en la actualidad, la gran mayoría de los hospitales carecen de estas unidades.
Está demostrado que los pacientes con ACV que reciben atención especializada en una Unidad de ictus tienen mayores probabilidades de sobrevivir, mayor independencia y regresan antes al hogar. Las Unidades de Ictus están formadas por diferentes profesionales sanitarios que se encargan del seguimiento y la evolución del paciente desde el primer momento, y garantizan una pronta y mejor recuperación de estas patologías.
LA FISIOTERAPIA EN EL INFARTO CEREBRAL
La Fisioterapia contribuye a mejorar la calidad de vida, incrementar la supervivencia y reducir en gran medida las secuelas que sufren estos pacientes, en la mayoría de los casos de forma crónica. El objetivo fundamental de la Fisioterapia en ACV es conseguir un nivel óptimo de funcionalidad e independencia en los pacientes. La Fisioterapia ayuda a recuperar la movilidad y el control motor, tanto como sea posible. Sus beneficios serán mayores cuanto antes se inicie el tratamiento.
Desde el punto de vista económico, la pronta presencia del fisioterapeuta en el tratamiento de personas afectadas por infartos cerebrales contribuiría a reducir los costes por hospitalización y el gasto sanitario y de cuidados que estas enfermedades generan a lo largo de la vida del paciente. Una de las principales conclusiones extraídas del encuentro radica en la necesidad de que todos los miembros del equipo trabajen de manera conjunta con los pacientes, sus cuidadores y sus familiares.
Cada año hasta un 10% de las muertes en los países desarrollados se deben a un ictus cerebral. Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo, en España es la segunda causa de mortalidad (la primera en mujeres), la primera de discapacidad grave y la segunda de demencia.
El infarto cerebral es una enfermedad cuyos síntomas reconocen pocas personas, pero en la que la actuación a tiempo puede evitar la invalidez, una discapacidad e incluso, la muerte. En Andalucía, según la Sociedad Española de Neurología, se registran cada año 200 nuevos casos de ictus por cada 100.000 habitantes.
El ictus es una patología que genera múltiples discapacidades, la gran mayoría de ellas susceptibles de recuperación. Los déficits neurológicos que causan un ictus –infarto o hemorragia cerebral- tienen un impacto sobre diversas discapacidades: en el autocuidado y la relación con los demás; en la comunicación y el lenguaje; en la alimentación y en la sexualidad y el control de los esfínteres.