Con la dieta cetogénica se abre una vía nueva al tratamiento para trastornos de origen neurológico. Así lo concluyeron en el sexto Simposio Global de Terapias Cetogénicas para desórdenes neurológicos celebrado en Corea del Sur. Según destacan, la conocida como ‘dieta keto’ ya ha demostrado una eficacia alta en el tratamiento de problemas como la epilepsia y buscan ahora conocer su repercusión en áreas como el autismo o el Alzheímer.
Tal como recogió en su momento el portal ‘Medicina 21’, la doctora Consuelo Pedrón, pediatra especialista en Nutrición, recuerda que la dieta cetogénica “es un régimen alimenticio de fácil implementación que amplía los horizontes de tratamiento más allá desde el punto de vista farmacológico. También a través del enfoque nutricional”.
Según la especialista, coordinadora de la Unidad Funcional de Trastornos de la Alimentación en la Primera Infancia en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, hasta el momento se ha demostrado esa respuesta positiva de reducción “en la frecuencia de la crisis” en un 70 por ciento de los pacientes “con epilepsia refractaria”.
Para la doctora Pedrón, merece la pena seguir investigando tratamientos como el de la dieta cetogénica para combatir problemas neurológicos. El grueso de la investigación se centra en la lucha contra la epilepsia.
UN AVAL PARA COMBATIR LA EPILEPSIA, PERO CON EFECTOS SECUNDARIOS
Diferentes portales especializados también apuntan a la dieta cetogénica como uno de los enfoques alimenticios más adecuados para el tratamiento de la epilepsia. Tal como recoge el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), su alto contenido en grasas y bajo en carbohidratos la convierten en ideal para combatir aquellas reacciones resistentes a los medicamentos.
Esta dieta, explican, induce un estado de cetosis -descomposición de las grasas en lugar de carbohidratos para sobrevivir- que logra reducir “eficazmente las crisis en algunas personas”, especialmente en los menores con ciertas formas de epilepsia. Pero no es fácil de mantener, ya que requiere ceñirse estrictamente a un rango limitado de alimentos.
Los posibles efectos secundarios en la dieta cetogénica para combatir la epilepsia incluyen retraso en el crecimiento por carencia nutritiva y acumulación de ácido úrico en la sangre. Pero los datos de los estudios son positivos: “Más del 50 por ciento de las personas que tratan la dieta cetogénica tienen una mejora superior al 50 por ciento en el control de las crisis de epilepsia y el 10 por ciento deja de tener crisis”. Así lo asegura el NINDS.