Nada es más placentero que observar a un niño dormir, la paz y ternura de su sueño reparador nos cautiva. Cuando esto nos es así, y un niño presenta un problema en relación con su sueño, es imperativo estudiarlo. Desde hace tiempo es sabido que no dormir ‘de un tirón’, es decir, tener un sueño fragmentado y no reparador provoca múltiples efectos colaterales que van desde una disminución de la capacidad del niño para aprender, alteraciones del comportamiento, trastornos afectivos, accidentes y caídas; hasta trastornos más severos relacionados con la intensidad de la apnea.
El Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS) del niño se asocia a un considerable número de problemas de salud. Los niños que tienen apnea del sueño dejan de respirar durante 10 a 30 segundos mientras duermen. Estas interrupciones cortas en la respiración pueden ocurrir hasta 400 veces cada noche. Los períodos sin respiración le pueden hacer despertar del sueño profundo reparador, el cual es especialmente frecuente e intenso en los niños.
Aún así, la Apnea Infantil es una patología poco diagnosticada, y que puede llegar a provocar daños en la estructura cerebral, en una fase crucial para el desarrollo neurológico y aprendizaje del niño. Investigadores expertos en la materia afirman que los efectos sobre las capacidades cognitivas de la Apnea no tratada, son más severos en los niños que en los adultos.
Hay multitud de síntomas que pueden hacernos sospechar una Apnea del Sueño Infantil. Los síntomas más característicos de esta alteración del sueño son los ronquidos, respiración fuerte, micciones nocturnas, bruxismo (chasquido de dientes), alteraciones del comportamiento, irritabilidad, bajo rendimiento escolar y dificultad para la concentración y alteraciones del metabolismo. Este problema de salud se presenta en un 4% de la población infantil.
Clases de Apneas
Podemos distinguir entre tres tipos de Apnea del Sueño: Apnea Obstructiva, Apnea Central y Apnea Mixta. La mayor parte de los niños con Apnea, cerca de un 95% sufren una obstrucción parcial, a veces completa, de las vías respiratorias durante el sueño.
La causa más frecuente es la Hipertrofia Adenoidea, conocida popularmente como «vegetaciones», en gran parte de estos casos la solución pasa por la cirugía de las vías respiratorias superiores. Cuando la vía aérea es estrecha, el niño realiza esfuerzo para respirar, pero el aire no puede pasar con facilidad a través de la nariz o la boca.
Otras causas son debidos a que los músculos de la garganta y de la lengua se relajan durante el sueño y bloquean parcialmente la apertura de la vía aérea.
Puede suceder también cuando los músculos del paladar y la base de la lengua y la úvula, se relajan y se hunden, la vía respiratoria queda bloqueada, haciendo la respiración laboriosa y ruidosa o incluso deteniéndola totalmente.
En un pequeño porcentaje existe una causa de origen neurológico cuyo tratamiento deberá realizarse con un aparato de terapia respiratoria a presión positiva CPAP durante el sueño.
Un diagnóstico adecuado basado en una polisomnografía nocturna puede darnos la pista sobre el origen del problema para poder actuar sobre la causa o bien evitar el efecto nocivo de la apnea.