¿Cómo se realiza?
Se realiza colocando los embriones seleccionados en un medio de cultivo específico que les permita, no sólo su supervivencia sino también que facilite la implantación en el útero.
Posteriormente se introducen en el extremo de un fino catéter de transferencia y se depositan suavemente dentro de la cavidad uterina, vía vaginal, y bajo control ecográfico, para asegurarnos de que quedan en el lugar adecuado.
Normalmente, se transfieren los embriones de mejor calidad en el día 2¼, 3¼ o 5¼ tras la punción folicular. Los embriones no transferidos al útero, siempre que presenten buen aspecto morfológico, se congelan para posteriores ciclos. Si presentan mala morfología, se mantienen en cultivo secuencial y si llegan a desarrollarse hasta blastocisto, pueden ser entonces congelados.
¿Qué ocurre después?
Después de la transferencia, la paciente queda en reposo una hora aproximadamente pudiendo realizar su vida normal. Según el tratamiento utilizado para la estimulación ovárica, la mujer deberá seguir un tratamiento específico en cada caso. Sobre todo se administrará progesterona que mejora la receptividad del endometrio y por tanto, la implantación del embrión.
Dos semanas después se realizará la prueba de embarazo para saber si está embarazada. Y alrededor de dos semanas más tarde, se hará una ecografía para conocer el número de sacos embrionarios y la existencia de latido cardíaco y su frecuencia, en cada uno de ellos.