El sueño es necesario para el buen estado físico y mental del individuo. Existe una relación bidireccional entre el sueño y la salud. El insomnio consiste en una dificultad para iniciar y/o mantener el sueño, o la sensación de no haber dormido un sueño reparador. Repercute en el estado de vigilia del individuo por producir disminución de la concentración, falta de energía física y alteraciones del comportamiento y las emociones (irritabilidad) que afectan de modo importante en su calidad de vida.
Insomnio lo sufren aquellas personas que tienen dificultades para dormir, al menos, durante una semana continuada. Insomnes crónicos son quienes tienen problemas para dormir durante más de treinta días.
En España, las mujeres son las que más sufren los trastornos del sueño y, en concreto, insomnio. Las que tienen edades entre 40 y 50 años son las más afectadas, según la sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Esta sociedad médica calcula que un 30% de los españoles padece algún tipo de insomnio y que, en un 18% de casos éste se convierte en una patología crónica.
La edad también influye en la calidad y en la capacidad de conciliar el sueño. Tres de cada cuatro ancianos padecen insomnio y, alarmantemente, los jóvenes entre 17 y 19 años están entrando en el grupo de quienes tienen problemas para dormir. Los niños también sufren de insomnio, según los expertos. La razón está en que cada vez ven más horas de televisión y hasta más tarde.
Insomnio y trabajo Este es un trastorno moderno íntimamente ligado al estilo de vida. Por ello el diagnóstico debe tener en cuenta tanto las circunstancias que rodean la actividad familiar y social del individuo como la situación laboral que presenta.
El insomnio es uno de los trastornos más comunes entre las personas que trabajan en turnos de noche debido a la alteración de los ritmos circadianos y a diversos factores sociales. Las personas que trabajan de noche también sufren más estrés, depresión, y tienen índices más elevados de separación y divorcios, ya que la vida familiar se resiente si los cónyuges no coinciden en sus horarios. Por otra parte, es frecuente el abuso de café y tabaco en un intento por mantenerse despierto durante el trabajo, y de alcohol y fármacos hipnóticos para adquirir el sueño. En estos casos el trabajador debe intentar dormir el máximo tiempo posible durante el día y pensar que el sueño es una prioridad, por encima de otras actividades familiares o sociales.
Causas del Insomnio:
• Alteraciones emocionales de carácter reactivo y las enfermedades psiquiátricas. En general todas aquellas situaciones del individuo que se acompañan de intensa ansiedad, preocupación, tensión psíquica, angustia, miedo o tristeza. Este insomnio tiende a cronificarse.
• Enfermedades físicas que producen dolores, fiebre, sensaciones físicas desagradables como parestesias (adormecimiento), picores, hormigueos…
• Toma de sustancias. Estimulantes (café, refrescos cola, chocolate…) el alcohol, los estimulantes legales e ilegales, los tranquilizantes (en caso de abstinencia)…
• Circunstancias ambientales. Ruidos, calor, olores, dureza del colchón… El insomnio desaparece cuando lo haga la causa.
Higiene del sueño: normas básicas para evitar el deterioro de la calidad de nuestro sueño:
• No ir a la cama hasta tener sueño.
• No ver la televisión, leer o comer en la cama.
• Separación mínima de una hora entre la última ingesta y acostarse.
• Evitar las comidas copiosas.
• Eliminar el alcohol.
• Reducir el consumo de cafeína y tabaco.
• Practicar ejercicio físico regular, pero nunca antes de acostarse.
• Mejorar las condiciones ambientales, ruidos, temperaturas….
• Despertarse y acostarse todos los días a la misma hora.