La bronquitis es una inflamación de los bronquios, que se disponen en forma de ramificaciones, de ahí su similitud con un árbol bronquial. Es la parte del sistema respiratorio encargada de conducir el aire por los pulmones hasta llegar a unos saquitos dispuestos al final del trayecto que tienen la función de intercambiar el gas utilizado por el cuerpo, con gran concentración de CO2, por el gas ambiente con una concentración más abundante de oxígeno. Hay dos tipos de bronquitis – la bronquitis aguda y la bronquitis crónica. La bronquitis, aguda por lo general aparece después de una infección respiratoria, como un resfriado, que puede ser causada por un virus o por una bacteria. La bronquitis crónica no tiene un inicio repentino y más frecuentemente, es causada por la irritación persistente de los bronquios.
Desde el punto de vista clínico para considerar una bronquitis como crónica, los síntomas deben persistir durante tres meses o más, durante los últimos dos años. (La bronquitis crónica se conoce en clínica como EPOC).
Es necesario diferenciar la EPOC de la Bronquitis Asmática. Pensaremos en bronquitis asmática siempre que haya tos episódica, crónica, recurrente o sin una razón clara, ( sobre todo en niños). Ante estos síntomas es necesario acudir al Médico de Familia para realizar un adecuado estudio del caso.
LOS SÍNTOMAS
Como en todo proceso crónico, los síntomas no suelen ser obvios para el diagnóstico de la bronquitis crónica en su fase inicial.
Entre otros se incluyen:
1. Dificultad de respirar sobre todo durante la actividad física. Es el síntoma principal. Llamado en la clínica Disnea.
2. Tos Crónica productiva (una tos que elimina moco) frecuente, matutina, que puede ser intermitente, y que aumenta su intensidad y frecuencia con el avance de la enfermedad.
3. Expectoración. Generalmente de color claro y no muy abundante
4. Dolor del pecho
5. Síntomas Generales y asociación a otras enfermedades fundamentalmente en pacientes graves existe pérdida de peso importante (con pérdida de la masa muscular), pérdida de calcio en los huesos, depresión, anemia o alteración cardiovascular.
LAS CAUSAS Y LAS CONSECUENCIAS
La bronquitis crónica es causada en mayor frecuencia por la exposición a agentes contaminadores del aire ambiental, como el humo del cigarrillo, el polvo excesivo en el aire, o sustancias químicas. La exposición constante a esos agentes contaminadores comienza a causar daño en los bronquiolos, (las bifurcaciones más pequeñas y distales de las vías aéreas de los pulmones). La superficie que cubre los bronquios por dentro se inflama y comienza a segregar mucosidad de forma defensiva como una reacción al agente nocivo. La disminución del calibre de unas vías respiratorias inflamadas y la secreción de moco dificultan la función de intercambio de gases y produce los síntomas respiratorios.
La bronquitis crónica no diagnosticada y, por tanto, no tratada puede ser muy seria. Con el empeoramiento de la bronquitis, el intercambio de aire durante la respiración se hace menos eficiente y provoca aumento de la tensión sobre los vasos del corazón. Además, las personas con bronquitis crónica tienen un riesgo aumentado de desarrollar otras enfermedades, como infecciones respiratorias de diferente grado de peligrosidad y la amenaza del cáncer de pulmón dada la estrecha relación entre Tabaco y Cáncer pulmonar.
Si la bronquitis es causada por tabaco, empeora drásticamente con la persistencia del hábito, no sólo activo sino el tabaco que se inhala de forma pasiva.
TRATAMIENTO
El modo principal de tratar la bronquitis crónica consiste en evitar el irritante que causa la enfermedad.
Para tratar los síntomas de bronquitis, aumente la humedad en el aire como medida para aliviar la sensación de sequedad en la garganta seca. Trate la tos nocturna para permitir el sueño durante la noche. Hay que tener presente que la tos es un mecanismo defensivo que ayuda a expectorar las secreciones respiratorias.
Las prescripción de medicamentos broncodilatadores también pueden ayudar abrir las vías aéreas, y los corticoides pueden ser de utilidad para reducir la inflamación en los bronquiolos. Para casos severos al final de la evolución de esta enfermedad se indicará la terapia con oxígeno que permita la oxigenación apropiada a todas partes del cuerpo y facilita una calidad de vida al paciente con EPOC.
Los médicos realizan el diagnóstico de EPOC, a través de una serie de preguntas:
¿Cuál es su historia de tabaquismo?
¿Sufre dificultad para respirar?
¿Qué empeora su dificultad de respirar?
¿Tose usted? ¿Expectora mucosidad con la tos?
¿Cuál es su historia de familia de enfermedad pulmonar?
¿Qué síntomas tiene? ¿Se siente usted con menor salud a la habitual?
¿Está dispuesto a dejar de fumar?
Es interesante que repase todas estas cuestiones antes de acudir a la consulta de su médico/enfermera. También es importante que revise todos los medicamentos que consume de forma habitual. Prepare bien la entrevista con su médico/enfermera y anote previamente todas las dudas y cuestiones que desee hacerle.