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Insomnio otoñal

El otoño empezó la semana pasada y progresivamente algunos de nosotros iremos notando sus efectos, nos guste o no. Aunque quizás es aun pronto para ello, un porcentaje elevado de la población pasará por un período de insomnio transitorio, en ocasiones un “daño colateral” provocado por varios factores asociados a esta estación: la vuelta a las rutinas, menos horas de luz, el cambio en el clima etc.

El regreso a las tareas diarias tras un tiempo de relax durante las vacaciones, hace que volvamos a sufrir ese estrés tan perjudicial para nuestro sueño nocturno. Los que hemos disfrutado de un buen sueño este verano, podemos ver disminuida la calidad del mismo, ahora que nos hemos topado de lleno con la realidad al inicio del otoño. Nerviosismo y preocupaciones cotidianas vienen a nuestra cabeza antes de dormir, creándose ese círculo  vicioso que tanto influye en nuestro descanso.

Además, la disminución en las horas de luz que recibe nuestro organismo, se traduce en una bajada en la secreción de serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”, lo que puede provocar la entrada en un estado de ánimo deprimido, apático y que además genera modificaciones en el patrón de sueño. 

El cambio en el clima, las incipientes lluvias otoñales y el descenso de los termómetros, no hacen más que contribuir a este estado de desidia y abulia. Muy relacionado con lo anterior está el hecho de cómo oscila la temperatura otoñal, yendo a la cama con una sensación térmica que nos parece cómoda para conciliar el sueño, y que sin embargo, a lo largo de la noche hace que suframos cambios inesperados, que nos despiertan e interrumpen en las fases mas reparadoras.

Pero no todo son malas noticias, estos trastornos son transitorios y dependen en buena parte de la capacidad de nuestro organismo para adaptarse al medio. Y como el sueño y el bienestar son tan necesarios, mientras las aguas vuelven a su cauce, existen algunas medidas que podemos tomar para sobrellevar los “estragos” del otoño:

-Aprovecha al máximo los ratos de sol, con paseos en las horas centrales del día.

-Practica algún tipo de deporte.

-Toma infusiones que te ayuden a relajarte y  a conciliar el sueño.

-Trabaja más que nunca en las estaciones de transición la relajación.

-Ten a mano durante la noche una ropa de cama de abrigo (ligera), que evite que pases frío.

-Comprueba que tu equipo de descanso cumpla una serie de requisitos que te hagan sentir la temperatura perfecta durante la noche.

 

 

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