En determinadas ocasiones y sin relacionarlo con nada en especial, el párpado comienza a temblar. Suele ocurrir en un solo párpado de un solo ojo y no se trata de una gran contractura. Muchas veces desde fuera no se aprecia y al mirarnos en el espejo ni siquiera apreciamos la contracción o bien observamos un leve temblor o palpitación en la piel. Pero lo percibimos como unos latidos en el párpado que en ocasiones nos mueve el globo ocular y la imagen nos tiembla.
Aparecen sin más y de la misma forma desaparecen. Suelen duran pocos minutos, a veces unos segundos. Es frecuente que durante temporadas nos ocurra con frecuencia y luego pase tiempo sin que volvamos a tener otro episodio.
Su nombre técnico es fasciculaciones del párpado y se trata de contracciones involuntarias de unas pocas fibras del músculo. El músculo orbicular del párpado es el responsable de cerrar el ojo y parpadear y está en el espesor de ambos párpados. Cuando tiene fasciculaciones, se contraen de forma involuntaria algunas fibras musculares. No se trata de una contracción coordinada y simultanea por lo que el párpado no se cierra, pero si lo notamos.
Hay fasciculaciones en otros músculos, en particular en la cara aunque puede ocurrir en casi cualquier sitio.
No requiere tratamiento y muchas veces se asocia al estrés y la fatiga.