Asimismo, recalca que las fracturas osteoporóticas y las de cadera, en concreto, constituyen un problema de salud pública responsable de un aumento de la mortalidad, discapacidad funcional y costes adicionales de Atención Primaria. Se calcula que los costes directos de las fracturas osteoporóticas en Europa aumentarán desde los 31.700 millones en 2000 gasta 76.700 en 2050.
La investigación ha evaluado la efectividad de los tres fármacos (bifosfonatos) más prescritos para estos casos: ‘risedronato’, ‘alendronato’ e ‘ibandronato’ con el fin de evaluar si la reducción en la incidencia de fracturas demostrada en ensayos clínicos puede ser trasladada a prácticas diarias.
Tras un año de tratamiento, se observó una reducción significativa del riesgo de fracturas clínicas vertebrales en los tres grupos de bifosfonatos orales, en comparación con los primeros tres meses de tratamiento. En los grupos de ‘risedronato’ y ‘alendronato’ se observó una disminución significativa de la incidencia de fracturas de cadera, no vertebrales y vertebrales clínicas.
Según el autor del estudio, Johann-Diederich Ringe de la Clínica Leverkusen de la Universidad de Colonia, «cuando la eficacia de un tratamiento es demostrada en un ensayo clínico puede no proporcionar la misma eficacia en la práctica clínica diaria, dadas las diferencias en los tipos de pacientes y la atención médica recibida».
En la presentación del estudio hoy en Barcelona, el consultor del Servicio de Reumatología del Imas-Hospital del Mar de Barcelona, Josep Blanch, dijo que «resulta fundamental que los médicos ofrezcan a los pacientes un tratamiento que les garantice la misma protección en todas las localizaciones, incluso en la cadera».