Qué es la faringitis
Resulta hartamente difícil establecer una cifra concreta de personas que padecen faringitis. Se trata de una enfermedad con mayor incidencia en las estaciones de invierno y primavera, pero que no se puede descartar su aparición en verano por la afectación de factores como el rinovirus u otros que producen infecciones respiratorias de vías altas. Y es que la faringitis tiene un origen viral.
La faringitis o dolor de garganta es la molestia, dolor o carraspera en esa zona del cuerpo que se suele presentar muy a menudo a la hora de tragar. Se trata de una inflamación de la faringe, un problema que puede presentarse como faringitis aguda (inflamación de amígdalas y que hace referencia a la inflamación de la faringe de la úvula, conocida como campanilla, las amígdalas y el paladar blando) o como faringitis crónica.
Esta última se define por una serie de procesos inflamatorios o irritativos de la mucosa faríngea que persisten o se repiten a menudo, generalmente sin causa infecciosa, y que se pueden dar en diferentes situaciones: el reflujo gastroesofágico ante irritantes tóxicos como pueden ser el polvo, sustancias químicas, el humo del tabaco o cuando la respiración es por la boca ante afecciones de la nariz que cursan con obstrucción nasal.
Causas y síntomas
Como decimos, las causas de la faringitis responden a esa infección viral. La mayoría de los dolores de garganta son causados por resfriados, gripe, virus coxsackie o mononucleosis. Las bacterias, además, pueden causar faringitis en algunos casos como la amigdalitis estreptocócica, causada por los estreptococos del grupo A. Con menos frecuencia, bacterias como clamidia o gonorrea llegan a causarla.
La mayoría de los casos de faringitis se suceden durante los meses más fríos. Por ello debemos estar especialmente alerta en estos meses. La enfermedad llega a propagarse con frecuencia entre los miembros de la familia y personas del entorno más cercano.
¿Cómo se manifiesta?
El síntoma más común de la faringitis es el dolor de garganta. Sin embargo, la sintomatología también abarca diferentes situaciones como las siguientes:
- Dolor de cabeza.
- Dolor muscular.
- Dolor articular.
- Erupción cutánea.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
- Fiebre.
Además, las complicaciones pueden llegar a abarcar otros problemas como infección en el oído, sinusitis y absceso periamigdalino. En caso de presentar un dolor de garganta que no desaparece durante varios días, o tiene fiebre elevada, ganglios linfáticos inflamados en el cuello o una erupción cutánea o problemas para respirar con el dolor de garganta, no dude en contactar con un profesional médico.
Diagnóstico y tratamiento
La realidad es que al faringitis es una enfermedad sumamente común. El médico, para su diagnóstico, llevará a cabo un examen físico a través del cual evaluará el estado de la garganta. Bien puede hacerlo de forma rápida o solicitando un cultivo para buscar amigdailitis estreptocócica. Además se pueden solicitar otros exámenes de laboratorio dependiendo de la presunta causa.
Ante una faringitis el tratamiento se lleva a cabo normalmente con antibióticos, aunque no sirven para los dolores de garganta virales. Utilizarlos cuando no se necesita lleva a que no funcionen igual de bien cuando son necesarios por aquello de la resistencia.
Un dolor de garganta en caso de faringitis se tratará con antibióticos si se realiza un examen para detectar estreptococos que da positivo. Su proveedor no puede diagnosticar la amigdalitis estreptocócica solo por los síntomas o un examen físico. Otro caso es que resulte positivo el cultivo por clamidia o gonorrea.
Además, cabe destacar que un dolor de garganta causado por la gripe puede aliviarse por medio de antivirales. A continuación le facilitamos una serie de consejos para tratar de aliviar una faringitis:
- No fumar.
- Tome bebidas calientes.
- Infusiones de enebro.
- Vapores de eucalipto.
- Gárgaras con agua salada.
- Alimentos con vitamina A.
- Evitar ambientes resecos.
- Tomar leche con miel y cúrcuma.
- Alimentación con muchas frutas y hortalizas para aumentar las defensas del organismo.
*NOTA: Este artículo tiene una finalidad informativo- divulgativa. Siempre ha de ser un médico especialista el que determine los procesos de diagnosis, tratamiento y terapias complementarias que estime. Si cree que puede estar enfermo acuda a su centro de salud o a un especialista colegiado, bajo ningún concepto se automedique o tome decisiones relativas a su salud en virtud de lo leído aquí o en cualquier otro sitio web.
FUENTE:
Portal de Información de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos