Dependiendo del sitio en el que residimos y de la época del año, el aire que respiramos resulta con más o menos humedad. En ciudades interiores y en estaciones como verano o invierno, se percibe una brusca disminución de la humedad en el aire. Las personas más sensibles a estos cambios, con frecuencia experimentan dificultades respiratorias o alergias, que se agudizan sobre todo por la noche, e intentan combatirlas de varias formas, siendo una de ellas, el uso de un humidificador para poder respirar mejor. Pero, ¿conviene hacerlo?
El humificador se compone de un depósito de agua que se evapora a una temperatura determinada y este vapor de agua, pasa al ambiente. Se ha demostrado que el empleo de un humidificador, tanto despiertos como dormidos, nos beneficia ya que nos permite inhalar el aire con mayor facilidad. A continuación, exponemos los casos en los que es más conveniente su uso:
– Ronquidos: El aire húmedo que desprende, evita que se reseque nuestra garganta y nariz, y despeja fosas nasales, aliviando el ronquido y su intensidad.
– Dificultades respiratorias: las personas que las sufren a menudo padecen una excesiva sequedad nasal. La humidificación del aire ayuda a prevenir este inconveniente.
– Sinusitis: cuando el aire es demasiado seco, los senos paranasales no funcionan correctamente. Añadir humedad en el aire, los expertos coinciden que ayuda a respirar mejor, sobre todo si sufrimos congestión de forma regular.
– Resfriado, asma, alergias... el humidificador mantiene nuestras fosas nasales lubricadas, lo que de por sí acelera el proceso de curación. Es más, algunos humidificadores, además de humedecer, limpian el aire que respiramos, ayudándonos a hacer frente a las molestias causadas por la alergia. En el caso de los más pequeños, existen controversias entre los pediatras, estando algunos en pro del uso de estos aparatos durante ciertas franjas nocturnas para facilitar la respiración de los niños.
– Hidratación corporal: si dejamos un humidificador encendido toda la noche, notaremos por la mañana nuestra piel (sobre todo la de nuestro rostro, labios y manos) mucho más hidratada y tersa.
– Reducción del riesgo de infecciones y el contagio en el caso de los virus: las bacterias y virus no viajan con tanta facilidad con el aire húmedo.
– Voz: parece increíble pero muchas personas admiten despertarse con una voz más suave, menos contenida por la mañana gracias al uso del humidificador ya que este impide el paso de aire seco por nuestra cuerdas vocales.
Precauciones:
Hay que tener presente que el humidificador necesita un mantenimiento constante, de lo contrario puede convertirse en una fuente de bacterias y ser la causa principal de la aparición de moho en la habitación donde lo estamos usando.
Algunas consideraciones para evitar estos inconvenientes serían hacer una limpieza regular del mismo (se recomienda que sea una vez por semana), usar agua destilada, así como, cambiar el filtro empleado con cierta frecuencia.
Excelente contenido me encantó porque uso con frecuencia el humificador