Los pies planos, cavos, varos y valgos son las patologías podológicas más comunes en los niños, según ha explicado la ortopeda Beatriz Camós, quien recomienda la asistencia de los menores a la consulta del podólogo para una revisión con motivo de la vuelta al colegio prevista para dentro de unas semanas.
Así, se estima que la mitad de los menores que acuden a traumatología lo hacen por culpa de tener los pies planos. Esta dolencia responde a una falta del arco o bóveda plantar, lo que deja una huella sin curva y «muy poco pronunciada», sostiene la directora general de la ortopedia Grau Soler. Por otro lado, los niños que padecen de pies cavos sufren el efecto contrario, ya que existe una elevación anómala de la bóveda que «no deja huella en la parte central de la planta ni en los dedos», sintetiza la experta. Distinta es, sin embargo, la problemática de los pies varos, que hacen que la punta del pie se encuentre hacia dentro y la parte externa tenga «una curvatura como de media luna», observa.
Por último, Camós subraya que existe una dolencia más que afecta a los escolares españoles: los pies valgos. Esta es la diametralmente opuesta a la anterior, ya que la deformación que produce en el pie se manifiesta hacia fuera, y no hacia dentro. Por ello, la especialista recomienda a los padres que antes de que la vuelta al colegio se eche encima lleven a sus hijos a la consulta del podólogo. De esta manera, {jcomments on}.
En este sentido, Camós pone de relieve la importancia de estas últimas para los niños, que además, «no les causa absolutamente ningún inconveniente en su vida diaria». Sin embargo, destaca que no todas son iguales y que «es determinante que estén elaboradas con el material adecuado y que sean personalizadas y adaptadas en función de la patología y de las necesidades del menor». Por último, la especialista ha considerado que el origen de las patologías podológicas infantiles está en «el uso exclusivo de zapatillas deportivas». Según su criterio, su empleo excesivo «provoca que el pie se ensanche».