Que un familiar sufra de Alzheimer es una situación complicada, que a menudo conlleva una pregunta inevitable: ¿Es mejor dejarla en casa o llevarla a residencias para Alzheimer? Tomar esta decisión no es nada sencilla, y dependerá principalmente de las circunstancias familiares y el nivel de Alzheimer que tenga la persona enferma.
Si te encuentras en esta situación y no sabes qué decisión tomar, quizá te interese conocer más a fondo las ventajas de estos centros especializados, frente a los beneficios de cuidar a estos pacientes en casa. Te lo contamos.
¿Cuándo considerar la opción de una residencia?
Para un cuidador, tener a su cargo a una persona enferma de Alzheimer, o con otros tipos de demencias, supone un desgaste físico, pero también emocional. Y aunque la idea de dejar a un familiar en una residencia de Alzheimer resulte desgarradora, muchas veces la propia evolución de la enfermedad hace que no haya otra opción.
Conforme esta enfermedad avanza, resulta más complicado atender al paciente en casa, pues se vuelven muy dependientes e impredecibles. Ante las dificultades y la incapacidad del cuidador de soportar la atención que estas personas necesitan, surge el pensamiento de que la persona estará mejor atendida y cuidada en una residencia especializada.
Existen algunos signos que pueden indicarnos que es el momento de plantear la entrada de la persona enferma en una residencia geriátrica.
- Comportamientos agresivos
- Vagar sin rumbo ni motivo, con más riesgo de que la persona se caiga o se pierda
- Un comportamiento muy alterado, que perturba gravemente la vida familiar
- El cuidado que requiere es superior a las capacidades físicas y psicológicas del cuidador
- Estrés o depresión del cuidador
- La persona con Alzheimer supone un riesgo para ella misma
Cuidar a una persona con Alzheimer en casa
La ausencia de los signos anteriores y la disponibilidad de los cuidadores, pueden indicarnos que la mejor opción es cuidar del familiar en casa.
No obstante, esto dependerá siempre de diferentes factores como el estado del enfermo, la necesidad de cuidados especializados, o la calidad de su sueño, entre otras cosas.
Al final, lo más importante es valorar si contamos con todos los medios que las residencias especializadas para dar una buena calidad de vida a los enfermos. Ni más ni menos que la calidad de vida que estas personas merecen.
¿Cómo elegir una residencia para Alzheimer?
Una vez tomada la decisión de llevar al enfermo a una residencia, es el momento de buscar el centro más adecuado.
Tras valorar las distintas opciones, lo recomendable es visitar las distintas residencias y comprobar que cumplen con todos los permisos, requisitos y aspectos importantes para los enfermos de Alzheimer y sus familiares.
No siempre vale cualquier residencia geriátrica. Ya que optamos por la opción de llevarle a una residencia es precisamente por buscar una atención mejorada para el enfermo. Las instalaciones y profesionales del centro deben estar especialmente preparadas para atender esta enfermedad.
Una residencia de Alzheimer contará con todos los servicios necesarios, entornos seguros y medios suficientes.
El papel del cuidador sigue siendo importante, pues será la persona que deberá asegurarse de que su familiar recibe los cuidados adecuados y de que su plan de atención es el correcto. Además de visitarle siempre que sea posible, y hace sentir al enfermo que no está solo.
Por tanto, cuando la mejor alternativa es la de llevar a un familiar a una residencia especializada, el cuidador debe tener la certeza de que le está ofreciendo una calidad de vida mejor que la que tendría en el domicilio. Visitar a los enfermos ayuda a los cuidadores y familiares a sufrir en menor medida el daño emocional y comprobar que su ser querido está en buenas manos.