El inicio de la época estival, con la brusca elevación de temperaturas que conlleva, obliga a reforzar las medidas de higiene tanto en el hogar como en el sector de la restauración, para intentar evitar la aparición de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). Bacterias del género Salmonella, como gran protagonista, pero también de otros géneros como Staphylococcus, Escherichia, Vibrio, Bacillus, y Clostridium; virus como el Norwalk y el de la Hepatitis A o parásitos como Anisakis y Triquina, se tornan verdaderos peligros para la salud pública cuando el sol comienza a ser el protagonista de las jornadas veraniegas.
Las actuaciones programadas y llevadas a cabo por los agentes de control sanitario oficial, así como la necesaria implicación de los profesionales del sector, como principales responsables de la seguridad alimentaria de los productos servidos a los consumidores, es esencial para prevenir la aparición de este tipo de enfermedades.
Particularmente en lo que podemos denominar «restauración social» (guarderías, hospitales, residencias y colegios) y cuyos destinatarios son niños, ancianos y enfermos, se debe prestar una especial atención y vigilancia debido a la alta susceptibilidad de este sector de la población a los efectos de las enfermedades de origen alimentario.
No obstante y de forma general la prevención es fácil, y se logra incrementando la vigilancia sobre las medidas de higiene tanto personales, como sobre las instalaciones y procesos de elaboración, y prestando especial cuidado a aspectos relacionados con el mantenimiento de la cadena de frío de los alimentos. Cocinar adecuadamente los alimentos, mantenerlos a temperaturas adecuadas una vez cocinados, evitar el contacto entre alimentos cocinados y las materias primas, así como vigilar el adecuado estado de mantenimiento de los equipos y útiles de cocina, entre otros, se convierten en requisitos fundamentales para evitar la aparición de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. A pesar de ello, en ocasiones las medidas preventivas no consiguen ser del todo eficaces y se originan brotes de enfermedad, por lo que se hace necesario aún más en verano, recordar especialmente a los manipuladores de alimentos que trabajan a diario en los establecimientos públicos de restauración, la importancia de aplicar unas correctas prácticas de elaboración e higiene de los alimentos.