Durante el primer trimestre, muchas mujeres experimentarán cansancio diurno y sentirán que para despertar necesitan un esfuerzo sobrehumano. La responsable es la progesterona, hormona implicada en el embarazo, que se libera en grandes cantidades durante las ocho primeras semanas de gestación, y que provoca entre otros efectos fatiga, fallos de memoria y sopor. El mejor remedio para hacer más llevadero estos trastornos de sueño iniciales, es precisamente el descanso: aprovechar los fines de semana, acostarse temprano, dormir siestas y no robarle horas al sueño.
A partir del 7º mes el patrón de sueño se caracteriza por dificultades de conciliación y múltiples despertares nocturnos, que hacen que dormir una noche sea misión imposible para una embarazada. Los fenómenos que alteran el descanso nocturno pueden ser de origen fisiológico o psicológico; así la angustia asociada a las preocupaciones típicas de la maternidad y las nuevas situaciones que se aproximan, impiden el descanso. Por otro lado el abultamiento del abdomen, los movimientos fetales, ardores estomacales, micción frecuente…etc. tampoco ayudan a las gestantes a dormir a pierna suelta.
A pesar de lo inevitable de la situación, existen algunos remedios para mitigar estos inconvenientes:
• Tomar un baño caliente antes de acostarse.
• Algunos alimentos pueden ayudarle a conciliar el sueño, por ejemplo un vaso de leche templada con miel.
• Reducir la duración de las siestas o eliminarlas por completo de nuestros hábitos cotidianos.
• Hacer ejercicios de relajación sencillos antes de irse a dormir, o dejarse mimar con un masaje.
• No dejarse preocupar por el insomnio; esto solo puede aumentar la angustia y la falta de sueño, esta circunstancia no daña ni al bebé ni a la madre.
• Dormir en posición fetal, sobre el lado izquierdo preferentemente, que facilita la irrigación de sangre a la placenta.
• Utilizar más almohadas de la cuenta, para entre las piernas, en la zona lumbar… Esto hará que partes del cuerpo que no estén recogidas por el equipo de descanso.
Normalmente una vez pasado el embarazo, se vuelve el descanso, si es que el “nuevo miembro en de la familia” lo permite, por eso algunas teorías apuntan a que este fenómeno responde a una preparación, una adaptación al ritmo de sueño del bebé durante el puerperio.