Tener un botiquín de primeros auxilios en casa es algo imprescindible, ya que pueden surgir pequeños accidentes domésticos que necesiten de una cura rápida: cortes, caídas, quemaduras… Incluso si el accidente es grave y requiere de asistencia sanitaria profesional, es importante contar con un botiquín para controlar el problema mientras llega la ayuda.
Según explica Cruz Roja Española, el botiquín de primeros auxilios tiene que colocarse en un lugar accesible de la casa pero fuera del alcance de los niños. La ubicación del botiquín debe ser conocida por todos los habitantes de la vivienda para poder recurrir a él rápidamente. No es necesario tener un botiquín como tal, sino que se puede usar una caja hermética que sea fácil de transportar. Conviene también que sea impermeable por si se derrama alguno de los líquidos que haya en su interior.
El contenido del botiquín debe ser suficiente para responder a las situaciones que con más frecuencia se presentan en el entorno doméstico, por lo que su composición puede cambiar según las circunstancias. Según Cruz Roja, es aconsejable que contenga, al menos, los siguientes elementos:
- Suero fisiológico para limpiar heridas.
- Antiséptico (tipo povidona yodada) para prevenir la infección de las heridas.
- Gasas de diferentes tamaños para cubrir heridas y quemaduras.
- Esparadrapo.
- Tiritas.
- Tijeras de punta redondeada.
- Pinzas sin dientes.
- Pañuelo triangular (aproximadamente de 140x100x100 cm): puede servir para cubrir heridas y quemaduras, improvisar un vendaje, hacer un cabestrillo, etc.
- Vendas hemostásicas de diferentes tamaños para el control de las hemorragias.
- Toallitas de alcohol para desinfectar las manos antes de realizar una cura. No deben usarse directamente sobre las heridas.
- Guantes de látex o vinilo: hay que utilizarlos cada vez que se haga una cura para protegerse del contacto directo con la sangre y otros fluidos.
- Mascarilla de protección facial: se utiliza en caso de que sea necesario realizar la respiración boca a boca para no tener contacto directo con secreciones o vómitos de la víctima.
También es conveniente tener a la mano un manual de primeros auxilios actualizado y un listado de teléfonos de emergencias.
Qué tener fuera del botiquín
En el botiquín de primeros auxilios no hay que meter los medicamentos. Se debe diferenciar entre dicho botiquín y el dispensario casero, en el que es recomendable tener los siguientes elementos:
- Termómetro.
- Aparato de tensión arterial.
- Medicamentos analgésicos, antitérmicos, laxantes, antidiarréicos y antiácidos.
- Crema antiinflamatoria.
- Pomada para pequeñas quemaduras.
- Crema antihistamínica.
- Colirio para los ojos secos.
- Bolsa de frío y calor.
- En verano es conveniente añadir pomada para las picaduras de insectos, crema solar y ‘after sun’.
Además de los medicamentos básicos, en el dispensario no pueden faltar los fármacos recetados por el médico para tratar dolencias concretas (p.ej. asma o alergia). Todos los medicamentos deben guardarse en su envase original para saber su fecha de caducidad y poder consultar el prospecto cuando sea necesario. Conviene revisar la fecha de caducidad periódicamente para devolver a la farmacia los que no se pueden tomar, ya que allí los destruirán apropiadamente.
Cómo actuar en caso de accidente
Lo más importante cuando sucede un accidente es actuar con calma y orden para atender al herido correctamente. Cruz Roja señala que hay que seguir la conducta P.A.S (proteger, avisar y socorrer):
- Proteger: hacer seguro el entorno para evitar que se produzca otro accidente. Por ejemplo, si alguien se ha cortado con un cuchillo, hay que retirarlo para no dejarlo al alcance de los niños.
- Avisar: la mayor parte de los accidentes se pueden solucionar en casa si se tienen unos conocimientos mínimos de primeros auxilios. Si la situación es grave, hay que llamar al 112 o acudir al centro de salud más próximo.
- Socorrer: si la víctima aparenta gravedad, lo primero es valorar los signos vitales para saber cómo está funcionando el cerebro (consciencia), los pulmones y el corazón. Si no el herido no reacciona al hablarle, tocarle o estimularle es probable que esté inconsciente. Para saber si respira se debe “ver, oír y sentir” su respiración. Si la persona no respira normalmente, hay que realizar la reanimación cardiopulmonar.