El cambio de estilo de vida en el verano, cuando playas y piscinas se convierten en un escenario cotidiano, y la humedad que provocan los bañadores y biquinis entre baño y baño hacen, además de otros factores, que la aparición de infecciones vaginales aumente respecto a otras épocas del año.
El especialista Alberto Reche afirma que factores como el agua, la humedad en la zona genital o un aumento de la actividad sexual hacen que en verano se produzca un aumento «llamativo» de estas infecciones.
Los síntomas principales que las mujeres padecen son picores, escozor e irritación, acompañado de una inflamación de los genitales y posibles cambios de coloración y consistencia del flujo vaginal, que hacen que, como consecuencia de todo ello, haya una alteración en el ritmo de la actividad sexual. El principal motivo por el que la humedad se convierte en un facilitador de infecciones es por la alteración del PH que le desencadena a la mujer, además de favorecer la aparición de ciertos gérmenes que necesitan de la humedad para poder desarrollarse.
A pesar de ser en sí misma la humedad un «factor de colaboración» para la aparición de las infecciones, el estado del agua también influye, ya que si están contaminadas se convierten en un «vehículo facilitador».
Las condiciones ambientales, según ha afirmado el doctor, inciden en la producción de este tipo de infecciones que se crean en la vulva, la vagina o ambos sitios a la vez y, entre las cuales, la más frecuente asociada al factor humedad es la candidiasis, conocida como la infección por hongos.
Un diagnóstico o tratamiento tardío puede dar lugar a que la solución del cuadro sea más lenta e incluso más difícil de tratar, según ha explicado Reche, que ha mencionado también la posibilidad de que haya más recurrencias o complicaciones por este motivo.
En el caso de las infecciones bacterianas podrían ascender hacia el cuello, el útero o los ovarios y las trompas, lo que daría lugar a la enfermedad pélvica inflamatoria, entre otras dolencias.