La detección precoz del cáncer de pulmón, patología relacionada con el tabaquismo, y un tratamiento inmediato de choque eleva la tasa de curación al 92%, frente a una tasa de mortalidad del 95% si no se detecta a tiempo.
Así lo afirma Dick Pasker, cuyo centro sanitario, el USP de Torrevieja (Alicante), ha puesto en marcha un programa de revisiones para detectar las enfermedades derivadas del tabaquismo «antes de que resulten letales». Parker fundamenta la iniciativa en el alto índice de superación del cáncer del pulmón en un primer estadio y las medidas para aliviar los daños de la enfermedad pulmonar de obstrucción crónica (EPOC) causadas por el tabaco en un alto porcentaje.
El programa de revisiones consiste en la realización de un TAC de tórax con protocolo de baja radiación, una espirometría forzada y, en el caso de alteraciones, una prueba de broncodilatación, una anamnesis y una exploración física. En función de los resultados se aplican consejos para dejar de fumar y si es necesario se aplican fármacos que faciliten el proceso.
Ladillo: Tratamiento
En caso de detectar EPOC se procede a comenzar un tratamiento con medicación y estudios complementarios, como PET TAC, y un seguimiento cada tres meses, además de una interconsulta con otras especialidades. Si no se encuentra ninguna patología se recomienda hacer un seguimiento anual para prevenir la aparición de posibles problemas.
Según Pasker, resulta «fundamental» la puesta en marcha de este tipo de programas ya que cuando el cáncer de pulmón se detecta a tiempo y el paciente recibe tratamiento inmediato «la tasa de curación se eleva al 92%». Sin diagnostico precoz, «más del 95% de los pacientes de cáncer de pulmón acaban falleciendo», ha apuntado. Por ello, según ha agregado, el objetivo de las revisiones es detectar las dolencias relacionadas con el tabaquismo en estadios iniciales «para resolver el problema antes de que no haya posibilidad médica».
También, ha subrayado que cuando se habla de la necesidad de someterse a una revisión no se hace sólo en referencia a los fumadores habituales, sino también «a todas aquellas personas que sufren las consecuencias de la adicción al tabaco de otras». «El fumador pasivo constituye un grupo de riesgo tan importante como el fumador activo», ha subrayado.