El síndrome de ojo seco es una insuficiencia crónica de lubricación y humectación en el ojo. Sus consecuencias se extienden desde una ligera pero continua irritación, hasta la inflamación ocular de los tejidos del polo anterior del ojo. Es particularmente molesto par los usuarios de lentes de contacto. La sensación persistente de sequedad, pinchazo y quemazón en sus ojos son signos del síndrome de ojo seco. Algunas personas tienen la sensación de cuerpo extraño, como si hubiera algo en el ojo. Y, puede parecer extraño, pero los ojos llorosos pueden ser el resultado de este síndrome, porque la sequedad excesiva sobre estimula el componente acuoso de la lágrima.
A veces el ojo no produce suficiente lágrima o tiene una composición que favorece la evaporación, demasiado rápido. En otras ocasiones el ojo seco se debe a un parpadeo insuficiente. Los usuarios de ordenadores, por ejemplo, a menudo “olvidan” parpadear por largos periodos de tiempo, y aunque su película lagrimal sea normal, esta se evapora y le conduce a tener incomodidad ocular.
Este síndrome tiene múltiples causas. Ocurre como parte del proceso natural de envejecimiento, como efecto asociado a algunos medicamentos como antihistamínicos o antidepresivos. También puede ser causado por vivir en ambientes secos, contaminados o con mucho viento. Los ojos secos también son síntomas de enfermedades sistémicas. El uso de lentes de contacto durante muchos años es otra causa, de hecho, el ojo seco es la queja más común entre los usuarios de lentes de contacto.
El síndrome de ojo seco es una condición en desarrollo que no puede se curada, pero la sequedad, picazón y quemazón pueden ser remitidos con lágrimas artificiales o gotas humectantes que pueden aliviar esos síntomas.