El modo de vida actual tiene un elevado riesgo de producir estrés crónico, que está en la raíz de muchos trastornos físicos y psíquicos, como la depresión, y también está relacionado con algunas de las adicciones más habituales, que se usan como vías de escape: alcohol, tabaco, drogas o pornografía.
Así se recoge en el libro «Aprendiendo a vivir: el descanso», del psiquiatra de la Universidad de Navarra Fernando Sarráis, cuyo principal objetivo es «enseñar a prevenir el cansancio de origen psíquico», especialmente el que se va acumulando poco a poco, durante mucho tiempo y se convierte en crónico. Este tipo de cansancio pasa inadvertido durante muchos años y es difícil de tratar, al contrario que el cansancio físico, fácil de percibir y resolver.
El cansancio psíquico crónico está relacionado con la manera de vivir, ha señalado el doctor Serráis, quien ha recordado que hay muchas personas que ponen toda su atención en el mundo exterior: trabajo, familia, amigos, y procuran hacerlo muy bien, de modo oportuno, y agradando a todos. Sin embargo, apenas prestan atención a su mundo interior.
Al cabo de los años, cuando la resistencia al esfuerzo disminuye por la edad, empiezan a presentar signos y síntomas de cansancio crónico que, en muchos casos, derivan en patologías físicas como cefaleas, astenia, insomnio, dolores de espalda, molestias digestivas o hipertensión arterial. Entonces, se acude al médico de familia en busca de una solución para los síntomas pero no para las causas, por lo que el problema de fondo no se resuelve.
Puerta a la depresión
Con el paso del tiempo, el cansancio psíquico se complica con alteraciones psicológicas, especialmente con la depresión. El cansancio crónico se da en personas de carácter o personalidad perfeccionista, hiperresponsables, muy autoexigentes, pendientes de logros o éxitos, con marcada propensión al activismo y a las obsesiones, con tendencia a sentirse culpables de las cosas que no van bien en su entorno, competitivas y voluntariosas.
Estas personas están siempre en tensión, debido a la necesidad patológica de cumplir sus obligaciones con el mundo exterior, y abandonan los deberes respecto a sí mismas: el descanso, el disfrute y la relajación, ha señalado el autor. Fernando Sarráis recalca en su libro la importancia de evitar el estrés crónico mediante un modo de vida más sano, para lo que sugiere unas estrategias que evitan el estrés y otras que favorecen el relax e insiste en la necesidad de que se apliquen a diario. El ejercicio físico, el disfrute de los sentidos, la música, el cine, la lectura, los juegos, la contemplación, la risa o la jardinería son algunos de los «antídotos» que se proponen en el libro.