Una actividad física regular y vigorosa mejora la función pulmonar entre los fumadores, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) efectuado sobre casi 4.000 personas que refuerza la evidencia epidemiológica del vínculo entre el ejercicio físico y la salud respiratoria.
El estudio, que publica la revista Thorax, se ha realizado a partir de la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS), en la que colaboran 25 centros de investigación de 11 países europeos, coordinada por el Imperial College London.
Durante 10 años, los investigadores han hecho un seguimiento de 3.912 personas adultas que contaban con 27-57 años al inicio del estudio.
Los participantes fueron clasificados como activos si hacían actividad física con una frecuencia de dos o más veces a la semana y una duración de una hora a la semana o más.
Las asociaciones entre la actividad física y la función pulmonar solo se encontraron entre las personas fumadoras actuales, lo que sugiere la existencia de un mecanismo biológico relacionado con la inflamación.
Elaine Fuertes, primera autora del artículo e investigadora de ISGlobal, ha explicado que «este resultado resalta la importancia de la actividad física específicamente entre los fumadores actuales, que son un grupo con mayor riesgo de tener una función pulmonar deficiente».
El trabajo, que forma parte del proyecto ALEC financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea, también concluyó que los participantes que eran activos en el último reconocimiento del estudio, ya sea por volverse o permanecer activos durante el seguimiento, tenían una función pulmonar significativamente mayor que aquellos que estaban constantemente inactivos.
Según Fuertes, «una posible explicación para este resultado puede ser que la actividad física mejora la resistencia y la fuerza del músculo respiratorio a través de un efecto a corto o medio plazo que requiere un esfuerzo físico sostenido para mantenerlo».
«Los resultados refuerzan la evidencia epidemiológica que respalda una asociación entre la actividad física y la salud respiratoria», ha concluido Judith Garcia-Aymerich, coordinadora del estudio y jefa del programa de Enfermedades No Transmisibles y Medio Ambiente de ISGlobal.