El insomnio asociado al dolor independientemente del origen del mismo, es una situación incapacitante y frecuente entre la población, porque además de soportar el propio dolor, lo desagradable del episodio se ve agravado por no poder descansar correctamente. Además son muchos los estudios que evidencian las interrelaciones la calidad del sueño y el dolor: desde mayor sensibilidad al mismo en personas con insomnio hasta mejoras en el sueño, cuando se trabajó en reducir el dolor a pacientes.
Relación entre el insomnio de conciliación y mantenimiento y el dolor
Si sentimos algún tipo de dolor, evidentemente la intensidad del mismo va a condicionar la situación. Con un dolor moderado, quizás podamos conciliar el sueño, pero con dolores intensos, se vuelve complicado. Además del componente sensorial (sentir el dolor físicamente), en la experiencia de dolor, juega un importante papel un componente emocional, la persona que lo padece cada vez está más desesperada y nerviosa, lo que no contribuye a que se quede dormido.
En ocasiones, el dolor irrumpe en mitad de la noche, alterando la sucesión de las fases naturales del sueño. La modificación de la arquitectura del sueño (no se suceden todas u ocurren de manera fragmentada), denota que no está siendo tampoco reparador
Otra relación podría darse en otra vertiente completamente diferente. Ciertas dolencias que causan dolor, impiden que los pacientes realicen algún tipo de actividad física que hacen que aumente de peso y existen relaciones notables entre la obesidad y los problemas de sueño.
Por otro lado, algunos medicamentos para el dolor pueden causar insomnio como efecto secundario.
Consecuencias de la falta de sueño de calidad
Las consecuencias de dormir mal, debido a algún tipo de dolor, son las mismas que padecer cualquier otro tipo de insomnio. Tras una mala noche, durante el día estaremos irritados, fatigados y nos costará trabajo concentrarnos. La solución más eficaz para paliar este tipo de insomnio es acabar con la fuente de dolor.
Una mala calidad del sueño hará que por el día nos encontremos cansados y por lo tanto sin ganas de realizar ninguna actividad física, lo que nos llevará a un círculo vicioso en el que el insomnio se apodera de nuestras noches y la irritabilidad de nuestro día.
Es conocida la relación entre pasar una mala noche y tener un mal estado de ánimo durante el día, nos encontraremos más irritables y nos encontraremos más sensibles al dolor, lo que hará que de nuevo no podamos descansar.
La calidad del sueño es también un indicativo de la calidad de vida, se necesita trabajar la calidad del sueño, para mejorar nuestra calidad de vida. Atacar directamente el foco de dolor es fundamental, todo acompañado de una higiene del sueño adecuada.