Afecta a la columna vertebral, ligamentos, musculatura esquelética y produce unos agudos dolores que en la mayoría de los casos provocan una invalidez temporal para llevar a cabo cualquier actividad o movimiento. Además de esto, son otros tantos los impedimentos que genera una enfermedad como la espondilitis anquilosante.
Con motivo de la celebración del Día Nacional de la misma, celebrado el pasado 20 de octubre, la Coordinadora Nacional de Enfermos con Espondilitis anquilosante (CEDADE) se hizo eco de los últimos datos sobre los que la padecen. Sólo en España el número de afectados ronda los 200.000. Casi nada.
Una de las claves para que pueda ser tratada a tiempo es la rapidez con la que se diagnositique. El presidente de la CEDADE, Manuel Puparelli defendió que «el diagnóstico precoz, la atención integral así como una aumento del número de reumatólogos son algunas de las cuestiones que los pacientes de espondilitis reclamamos».
Enfermedad que afecta a un 0,5% de la población y cuyos afectados piden una mayor implicación institucional para que la incidencia de la misma disminuya en vez de ir en aumento. La edad de inicio puede ser temprana, oscilando entre los 30 y los 40, aunque se conocen casos muchos más prematuros. En algunos de los afectados, es demasiado tarde debido a que no se ha tratado en consideración su problema.
¿Cómo tratarla?
Movilidad de las articulaciones. Los afectados por espondilitis anquilosante se produce una progresiva deformación que tiene su principal factor en la ausencia de movimiento. Esto no quiere decir que no se sufra con el ejercicio, pero si se reducen considerablemente sus efectos.
Es más, evita que la espondilitis ‘suelde’ las articulaciones. Por ello, junto a esto, la precoz detección de la misma supone un progreso sin ecuánime. De este modo, la probabilidad de sufrir deformaciones disminuyen considerablemente.
En definitiva, toda estimación para un problema como la espondilitis anquilosante es poca. La concienciación de su incidencia será un flaco favor para todos aquellos que sufren bajas laborales y que no cuentan con la comprensión del que no la sufre.