El déficit de zinc y cobre podría tener una importancia clave en la producción de abortos espontáneos, un suceso que afecta a 15 de cada 100 mujeres durante el primer trimestre de la gestación. La presencia en niveles adecuados de estos dos oligoelementos podría evitar que se produjeran. Un grupo de investigadores de la UGR confirma esta hipótesis.
Unos pobres índices de zinc y cobre en la sangre podrían determinar la producción de abortos espontáneos. Si se confirma este descubrimiento, podría descender drásticamente el número de embarazos malogrados en el primer trimestre, máxime cuando estos trastornos se pueden corregir a través de una ingestión de alimentos o fármacos que los contengan.
En el estudio de los científicos granadinos que ha dado lugar a estas conclusiones participaron 265 mujeres embarazadas. 132 padecían un aborto espontáneo (todas las que lo sufrieron en a lo largo de un año). El resto (otras 133) eran mujeres con embarazo evolutivo seleccionadas de entre las embarazadas que acudían a la consulta programada para el control del embarazo. A todas ellas se les practicó una ecografía, se les extrajo una muestra sanguínea para realizar determinaciones analíticas y se les pasó un cuestionario. En total, se recogieron 131 variables en cada participante.
Complementos
Comparando los resultados, se llegó a la conclusión citada, lo que abre nuevas e interesantes líneas de investigación en este campo, hasta el momento poco explorado. Otros datos de interés hablan de la importancia de otras variables que se dan en las gestantes, como los niveles de homocisteína (un aminoácido que se produce dentro del propio cuerpo), los de yodo y folatos, la disfunción tiroidea o el consumo de fármacos en las primeras semanas del embarazo. El trabajo ha sido realizado por Jesús Joaquín Hijona, del Departamento de Farmacología de la UGR.
De este modo, se ha puesto de manifiesto la importancia de consumir suplementos alimenticios con las sustancias mencionadas, rebajar o eliminar el consumo de café y tabaco, y dejarse aconsejar por el médico a la hora de evitar tomar fármacos que han demostrado sus perjuicios durante la gestación. El incremento en el número de abortos espontáneos ha sido importante, del 10,30 por ciento en 2003 al 13,70 por ciento en 2010, y se ha convertido en la complicación más común dentro de los embarazos.