Se pueden tener niveles altos de colesterol en la sangre sin que, aparentemente, nuestro organismo nos avise. El Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada nos propone una dieta adecuada, que puede evitarnos complicaciones cardíacas. ¿Existe una única dieta para evitar el colesterol? Pues evidentemente no, pero sí que existe un buen número de alimentos que nos ayudan a prevenir los niveles altos de este componente en la sangre, que pueden dar lugar a múltiples complicaciones.
Normalmente, existen unas recomendaciones generales en la dieta para evitar el aumento del colesterol sanguíneo y en función de esas recomendaciones, cada persona se hace su dieta según sus hábitos alimentarios para que sea totalmente personalizada. Ya ha pasado la época de las dietas que se sacaban del cajón, con colores, según la patología que tuviera el paciente, ya que en un alto porcentaje no se seguían.
Propuesta
Una dieta para evitar que suba el colesterol o para bajar las cifras de colesterol sanguíneo debe tener las siguientes características: Ajustada en calorías o baja en calorías de manera que se mantenga el peso adecuado o se baje el peso si se tiene sobrepeso u obesidad, respectivamente. Deben ser ricas en frutas, verduras y hortalizas, con un consumo diario entre 5 y 6 raciones, la mitad de ellas en crudo. También debe incluir frutos secos, mejor si no tienen sal en su preparación (nueces, avellanas, almendras, especialmente). Deben contener legumbres. Deben contener cereales integrales (arroz, pastas, pan). Deben incluir, al menos, dos raciones semanales de pescado azul. Se deben evitar alimentos ricos en grasa saturada (carnes de cordero, ternera, vaca y cerdo y todo tipo de embutidos). Deben tomarse carnes blancas (conejo, pollo sin piel) bajas en grasa y si se toman del otro tipo de carnes separar la grasa visible. Si se utilizan margarinas debe tenerse la precaución de ver el etiquetado que sean margarinas totalmente vegetales sin ácidos grasos trans. Los lácteos deben ser desnatados y no utilizar derivados lácteos (yogur, queso) fabricados con leche entera. La leche y los derivados lácteos siempre sin grasa o bien con grasa sustituida (Omega-3, aceite de oliva, aceites vegetales poliinsaturados como girasol, maíz, soja). Utilizar en la cocina aceite de oliva virgen extra como grasa de cocinado y de adición en crudo. No utilizar mantequilla ni nata.
¿Eliminamos el colesterol?
¿Es preciso renunciar completamente a los alimentos que contengan colesterol, o hay alimentos a los que no podemos renunciar para mantener un nivel mínimo? El colesterol que tomamos, como tal, en la dieta, por ejemplo el que contiene el huevo, es muy inferior a la cantidad de colesterol que fabrica nuestro organismo en el hígado. Por eso, podemos tomar huevos, con moderación, no más de 2 por semana, sin peligro de una subida de colesterol en sangre. Igualmente, se pueden aprovechar los avances en materia de investigación alimentaria para incorporar a la dieta, siempre bajo recomendación médica, los conocidos como «alimentos inteligentes». Estos tienen un papel más importante en individuos que tienen hábitos alimentarios particulares o no adecuados. Es decir, si a una persona no le gusta el pescado azul y por tanto no ingiere ácidos grasos Omega-3 esa persona debería tomar alimentos de otro tipo (leche, huevos, galletas)
enriquecidos en Omega-3.
Dieta y suplementos vitamínicos
La pregunta que puede surgirnos ante un panorama en el que muchos de los alimentos energéticos quedan restringidos o directamente fuera de la dieta es cómo conseguir las 2.000 calorías necesarias para una dieta media. Emilo Martínez de Victoria, director del Instituto, opina que «depende de las costumbres alimenticias de cada persona y de los hábitos de vida, especialmente la actividad física. El mejor indicador de que alcanzamos nuestras necesidades de calorías es el peso corporal. Si mantenemos nuestro peso corporal, sabemos que tenemos un balance de energía cero, la energía que ingerimos es igual a la que gastamos. Por eso, debemos seguir una dieta variada y que nos permita mantener un peso corporal constante y adecuado con un índice de masa corporal (talla en cm. dividido por el peso, en kg. al cuadrado) entre 19 y 24. ¿Y los suplementos vitamínicos? Solamente se deben de utilizar cuando tenemos una dieta no adecuada y desequilibrada o bien una enfermedad que implique problemas con las vitaminas. La ingesta de vitaminas no aporta energía ninguna y por tanto no puede sustituir a una comida.
Herencia incómoda
Si el colesterol no es inducido por una mala alimentación, sino por la propia fisiología del individuo, ¿qué medidas se pueden tomar desde la dieta? Los expertos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada opinan que habría
que tomar la medicación correspondiente que prescribiera el médico, pero la dieta debería ser la misma que hemos descrito antes. Con esto, por ejemplo, podemos conseguir que pueda bajarse la dosis de los fármacos que se deben tomar y evitar en lo posible los posibles efectos secundarios que alguno de los fármacos contra el colesterol tienen.