Una de cada cinco personas sufrirá un cáncer de piel a lo largo de su vida y la incidencia del melanoma crece a un ritmo anual del 8%, mientras que la gente sigue sin tomar conciencia del peligro que entraña tomar el sol.
El doctor Julián Conejo-Mir ha recordado que en tres minutos un dermatólogo puede determinar si una lesión cutánea puede ser dañina, evitando que progrese un cáncer de piel, cuya incidencia en España es de 2 por cada 100.000 habitantes. Detectado a tiempo el problema, la supervivencia de este tumor especialmente «agresivo» es del 90%, mientras que, si se diagnóstica en fase avanzada o en metástasis, sobreviven a él menos del 1% de los pacientes. El especialista ha relatado además que el gasto de la Sanidad española en el tratamiento de cada paciente con melanoma se eleva al menos a 120.000 euros.
El doctor ha dicho que sólo a través de la prevención se ha logrado reducir la incidencia de este tumor de un 85% a un 15% en los últimos cincuenta años. Al amparo de esta iniciativa sesenta centros de toda España abrirán sus puertas, previa cita a través de la AEDV, para que todo el que lo desee pueda beneficiarse de un diagnóstico de lunares y lesiones sospechosas. La campaña estará presente en las redes sociales más destacadas, mediante varios vídeos promocionales en los que se desarrollan diferentes situaciones relacionadas con los peligros del sol.
Prevención
Conejo-Mir ha expuesto un gran elenco de medidas para protegerse de los rayos solares, desde las cremas protectoras hasta «el chiringuito de la playa», porque éste es el primer factor desencadenante del melanoma, si bien la piel experimenta mutaciones genéticas que pueden también desarrollar tumores en la piel. «Los dermatólogos estamos analizando qué sucede porque no tiene razón de ser que sólo por tomar el sol haya tantos casos de melanoma», ha confesado el experto, quien ha apuntado otros posibles factores como los virus, la dieta, las radiaciones medioambientales o las de frecuencia modulada, procedentes de los móviles o los aparatos electrónicos.
Ha denunciado especialmente las cabinas de rayos UVA, cuyo uso se ha incrementado desde hace cinco años entre un 5 y un 10%, pese a que son tan cancerígenos como el tabaco o el plutonio. En cuanto a una nueva moda, la de secar el esmalte de uñas en lámparas UVA para lograr un pintado semipermanente, ha alertado de que «dentro de 20 años tendremos una mayor incidencia de cáncer de piel en la punta de los dedos», donde la patología se caracteriza por «una agresividad muchísimo mayor».