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El cáncer de mama no los sufras sóla

En las últimas décadas, principalmente en el mundo occidental, el cáncer ha avanzado y avanza como un ciclón. Campañas de prevención, investigaciones que se encaminan a su paliación así como controles para su detección son algunos de los mecanismos que se adoptan para que no continúe convirtiéndose en una lacra. Hay casi un cáncer para cada parte del cuerpo, pero se dan algunos que por su localización e incidencia tienen una mayor repercusión. El de mama se ha convertido en una de las cinco causas de muerte en mujeres en el mundo desarrollado.

El pasado 19 de octubre la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ponía el grito en el cielo: a día de hoy el 33% de las españolas no se hace mamografías. Y esto preocupa. La eficacia de esta vía es la más elevada. Con su puesta en marcha, se reducen hasta un 15% la mortalidad en general- los hombres también pueden padecerlo aunque su probabilidad es de un caso entre cien en mujeres-, así como un 35% en afectadas de más de 50 años.

Con el paso de los años la incidencia de padecer este tipo de patología aumenta. En su mayoría la aparición se asienta en torno a los 50 años, y aunque es menos probable, en edades que rondan los 35 también es posible. Del mismo modo, el componente genético tiene su protagonismo en el proceso canceroso. Está comprobado que las probabilidades de contraerlo aumentan si el antecedente familiar existe. Además, distintos estudios apuntan a que si la afectada ha sufrido otro tipo de cáncer como el de ovario, tiene más probabilidades de que la aparición de células cancerosas se presenten.

Tener un bulto en las mamas no significa que se padezca cáncer. Es más, el 90% de éstos son benignos (fibroadenomas). En su mayoría, son tumores de tipo conectivo o bien quistes que no suponen riesgos para la salud. Ahora bien, a diferencia de éstos se encuentra el adenocarcinoma cuya gravedad si es patente.

 

Afecta a los tejidos glandulares, ya no sólo de las mamas si no de cualquier parte del cuerpo. En cuanto a las mamas, sus tipos son el ductal (conductos), la neoplasia lobular (tejido adiposo), el inflamatorio de mama (muy agresivo y veloz que provoca un bloqueo de los vasos linfáticos por parte de las células cancerígenas), así como el de Pager (en el pezón).

Su avance en la erradicación no es suficiente

Según la AECC anualmente se diagnostican 16.500 casos nuevos de esta patología. De igual forma, se ha asentado como la primera causa de muerte en mujeres que padecen un tumor.

Cirugía, quimioterapia, radioterapia, antimetabólicos, anquilantes e inhibidores de la mitosis (proceso de reproducción celular), son las principales vías con las que se trabaja una vez detectado. También existen terapias o tratamientos hormonales como el tamoxifeno, toremifeno o los extendidos progestágenos.

¡No sufras a solas!

El estado de shock es algo habitual una vez que la afectada se entera de que padece cáncer, en este caso, de mama. La indefensión ante algo desconocido y maligno es aterradora. Aunque también la incomprensión se hace patente. No se es consciente de que algo nocivo y mortal se encuentra en el interior de la mama.

Desde la AECC se establece que es primordial desahogarse con otras afectadas para no sentirse sola. Combatirlo a solas no es posible. El cáncer es cosa de todos, de los que lo padecen y de los que tienden su mano para erradicarlo bien sea desde un punto de vista de apoyo psicológico u médico. Es más, muchas de las afectadas que han conseguido plantarle cara prestan ese apoyo amigo a las que por desgracia, esta patología visita.

Además desde esta asociación también se informa que la supervivencia al cáncer de mama alcanza el 80% de los casos gracias al desarrollo de avances y tratamientos para su erradicación. ¡No sufras a solas!.

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